Negocios en Bolsa
Por Julio Nudler
Los agentes de Bolsa corrieron grave peligro de verse arruinados cuando Domingo Cavallo implantó, hace un año y medio, el impuesto a las transacciones financieras, sin contemplar excepción alguna. Pero después de protestar y presionar, los corredores bursátiles lograron la exención para todo cheque que emitan contra sus cuentas en el Mercado de Valores. Ahora, como cualquier argentino sabe, donde hay una exención hay una fuga, por la que se escurre parte del tributo. La exención mencionada tiene un tope de 9 millones de pesos mensuales, monto que quizá supere al del giro genuino de algunos corredores. Por el resto, éstos tienen un margen de beneficio fiscal que pueden compartir, a conveniencia mutua, con cualquier interesado en ahorrarse parte del distorsivo gravamen.
Esta es una de las razones por las que el tráfico bursátil resulta hoy mejor negocio de lo imaginable para los agentes, en especial los menos reputados, cuyo “descrédito” perdió relevancia en un mercado donde todos, hasta los nombres más célebres, ven desdibujado su crédito. Para mayor felicidad, aparecieron productos nuevos con los cuales operar: las anárquicas cuasimonedas provinciales, cada una con su cotización y con los negocios de arbitraje que posibilitan. De la simplicidad de operar en pesos se pasó al engorro de hacerlo con múltiples monedas y al surgimiento de una intermediación absolutamente improductiva, aunque debe admitirse que rentable.
Monetariamente, la Argentina está logrando parecerse a Afganistán, donde el signo nacional, el afgani, cotiza según cuál sea el gobierno regional que lo haya emitido. Así, en el sur un dólar equivale a unos 40.000 afganis, pero en el norte la paridad es de 80 mil. Rupias paquistaníes y dinares de los Emiratos, junto con el dólar, son las monedas elegidas para las transacciones mayores. Bancos no hay, y por ende tampoco banca central, de modo que allí no valen tarjetas ni cheques. Todo debe pagarse en metálico. La Argentina se acercó bastante al modelo afgano en lo que va de 2002, y nadie está muy seguro en cuál dirección está marchando ahora mismo.