Dom 27.10.2002
cash

EL BAúL DE MANUEL

Baúl I y II

› Por Manuel Fernández López

Sustitución

Cuando cambia el precio de un bien, ocurren dos efectos: varía el valor de los recursos, medidos en ese bien; y cambia su valor relativo a otros bienes. Si ocurre una suba del precio, se reduce la cantidad de unidades comprables del bien encarecido, y se abaratan los precios relativos de los demás bienes. Seamos concretos: usted tiene 100 pesos, la nafta súper vale 1 peso el litro y la común 0,50 peso el litro. Su ingreso, medido en nafta súper, es 100 litros, y el precio relativo de ambas naftas es 2 litros de común por uno de súper, o bien, 0,5 litro de súper por 1 de común. Si la nafta súper sube a 2 pesos, su ingreso, medido en esa nafta, cae a 50 litros, que es lo máximo que podría comprar de súper si gastara toda su plata en ese tipo de nafta. El precio relativo pasa a ser 4 litros de común por uno de súper, o bien, 0,25 litro de súper por 1 de común. Si usted se empeña en seguir usando súper, su ingreso necesariamente cae, y deberá renunciar a algún otro bien. Como los hábitos no son muy reversibles, si usted quiere seguir viajando en auto y no privarse de otros bienes, puede sustituir el bien encarecido por otro más barato: la común es ahora relativamente más barata. En otro orden de cosas, el ciclo económico, o sucesión de expansiones y depresiones de la actividad, cumple la función de eliminar durante las depresiones a los productores más ineficientes. Cuando el ciclo se origina en el exterior, el país puede aislarse de él mediante aranceles aduaneros. Y viceversa, al reducir aranceles o, como se dice, “abrir la economía”, el país se hace más sensible al ciclo externo: reproduce en su economía lo que acontece fuera de ella. Ahora juntemos ambas reflexiones: si p es el precio de un bien X producido en el país, y p’ el precio de X elaborado en el exterior, para un argentino el precio p’ debe convertirse en pesos al tipo de cambio t:
t x p’; debe incrementarse por el arancel aduanero (a): t x p’x a; y si se toma en cuenta la aplicación de subsidios (s) por el exterior, que reducen el precio del producto para el comprador nacional, se tiene:
t x (p’- s) x a. La “convertibilidad” mantuvo t en un nivel bajo, los aranceles se bajaron al mínimo y el exterior subsidió sus exportaciones. Una camisa nacional vendida a $ 40 se enfrentó a una extranjera vendida a $10. Apertura + recesión + efecto sustitución, produjeron lo inevitable: el cierre de la industria argentina y la pérdida de puestos de trabajo.


Vidas

En orden cronológico, primero se estudiaron las crisis económicas. El primer estudioso moderno fue el médico francés Clément Juglar (1819-1905), en su obra Las crisis comerciales y su repetición periódica (1ª ed. 1860, 2ª ed. 1889). Juglar consideraba a las crisis como momentos dentro de procesos ininterrumpidos de expansión y contracción de la actividad económica, producidos simultáneamente en los principales países (Francia, Inglaterra y Estados Unidos). Su obra fue aplicada por Juan Bautista Alberdi (1810-84) y José Antonio Terry (1846-1910) para analizar las crisis argentinas de 1873-75 y de 1889-90, respectivamente. Durante la primera mitad del siglo XX se dedicaron esfuerzos considerables (incluso estudios de la Sociedad de las Naciones) a este tema, por economistas de la talla de Wesley C. Mitchell, Ragnar Frisch, Jan Tinbergen, Roy Harrod y otros, y se alcanzó una formulación elegante en la obra El ciclo económico (1950) del inglés John R. Hicks (1904-89). La diferencia entre Juglar y Hicks radica en que el primero consideraba las fluctuaciones contenidas en datos concretos de magnitudes económicas, y el segundo estudió el ciclo desde el ángulo de la “economía pura”, analizando la interacción de magnitudes económicas abstractas. Por otra parte, la separación del efecto de un cambio de un precio sobre la demanda del consumidor en dos efectos, el efecto ingreso y el efecto sustitución, fue estudiada a partir del Manual de Economía Política (1906) de Vilfredo Pareto por el matemático, estadígrafo y economista ruso Eugenio Slutsky (1880-1948), y presentada en 1915 en su artículo “Sulla teoria del bilancio del consumatore”, en el Giornale degli Economisti, ignorado varios años por los economistas, y redescubierta (y bautizada como la ecuación fundamental de la teoría del valor) en 1934 por J. R. Hicks en su artículo “Reconsideración de la Teoría del Valor”. La globalización lleva a ver a los países como regiones de una sola economía, a los productos como sucedáneos mutuos, a las recesiones como caminos para eliminar a productores más ineficientes, y a la sustitución como el modo de reemplazar producción nacional (más cara) por producción importada, convirtiendo a un país que antes se abastecía con su propia actividad en un mercado para las producciones del resto del mundo, o sea, la sustitución de producción por importaciones.

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