Néstor Kirchner llama al Banco Central todos los días. Aprovecha el primer hueco de la agenda de cada tardecita para comunicarse con Martín Redrado. El Presidente, que supo ser un hábil inversor bursátil, sigue al detalle la evolución de los mercados. Más ahora que volvieron las turbulencias. Lo sigue obsesionando el nivel de reservas. Tanto, que hace algunas semanas telefoneó a Redrado a las 23.15 para sugerirle un incremento en el volumen de compras de euros. Kirchner quiere seguir recuperando divisas a paso acelerado, pero desde el Central le sugirieron que hay que controlar la ansiedad porque están en medio de una pequeña pulseada: en las últimas horas notaron que los exportadores están reteniendo divisas porque especulan con una suba del tipo de cambio.

Las grandes exportadoras se jugaron a que la autoridad monetaria convalidaría un alza del dólar en medio de la agitación de los mercados. La abrupta salida de capitales de las últimas jornadas, impulsada por los bancos locales y extranjeros, redundó en un incremento de la demanda de dólares. Hasta la semana anterior, ese aumento era compensado por la fuerte liquidación de divisas de los exportadores, en medio de la época de cosecha gruesa. Pero ese escenario cambió.

Cuando las compañías exportadores percibieron que el BC continuaba con su estrategia de acumular reservas a pesar de la huida de capitales empezaron a retener divisas. La decisión del Central de vender 25 millones de dólares en una sola jornada fue una clara señal de que, tal cual lo adelantado por El Buen Inversor la semana pasada, a los responsables de la entidad no les “temblará el pulso” si tienen que desprenderse de reservas para evitar una disparada del billete.

En el Banco Central insisten en que no se manejan con una banda de cotización del dólar. Pero aseguran que “no es el momento” de habilitar una suba del dólar. “No podemos dar incertidumbre en medio de la lucha contra la inflación. Sería contraproducente porque muchos formadores de precios utilizarían la eventual suba del dólar como la excusa perfecta para remarcar”, enfatizan en Reconquista 266. En este contexto, la elección fue convertirse en un “amortiguador” de la tendencia alcista y fijarle al dólar un techo de 3,10 pesos.

En una de sus habituales comunicaciones, Redrado le relató ese panorama a Kirchner y coincidieron en que, superada esa pulseada –el viernes, el BC la dio por ganada al comprar 76 millones de dólares–, seguirá acumulando con celeridad reservas. Ambos están seguros de que el dólar retomará la tendencia bajista.

Para Kirchner y Redrado, las reservas se convirtieron, más que nunca, en un seguro ante un eventual empeoramiento del escenario financiero internacional. Según cálculos oficiales, en los próximos 60 días los exportadores tendrán que liquidar alrededor de 3000 millones de dólares.

La obsesión de Kirchner es cerrar el año con las mismas reservas que había antes de pagarle al Fondo Monetario. Todavía faltan 3900 millones para llegar a los 28.119 millones que se contabilizaban a fines de 2005. En el Central no quieren hacer apuestas pero confían en que, al final, podrán darle el gusto al Presidente.