Cerca de alcanzar el numerito mágico de los 30 mil millones de dólares en reservas, el Banco Central decidió redoblar la apuesta. Algunos economistas de la autoridad monetaria salieron a promocionar un informe preparado especialmente sobre la acumulación de divisas. El propio Martín Redrado está dando los últimos retoques a un trabajo que expondrá en España sobre esa misma cuestión. Dentro de tres semanas, en Madrid, el jefe del BC dirá que la Argentina seguirá el modelo de acopio de reservas que lidera China, la potencia emergente, que la última semana llegó a un billón de dólares.

En el recinto bursátil están bailando de felicidad por el alza de acciones y bonos. Fuerte ingreso de dólares impulsa las cotizaciones.

La actual coyuntura juega a favor del objetivo del banquero central. Al fuerte ingreso de divisas se le suman la revalorización del euro y del oro, que forman parte del activo del BC. También influye el hecho de que el Banco Provincia de Buenos Aires acaba de colocar un título por 200 millones de dólares y esa entidad está cambiando esos billetes por pesos.

Redrado no quiere, por el momento, dar pistas sobre cuál sería el “nivel óptimo” de reservas. Un informe de la entidad indicaba que sería de 32.000 millones de dólares, pero lo cierto es que la política del Gobierno excede un cálculo teórico. Néstor Kirchner, Felisa Miceli y el titular del Central abonan la tesis de que las reservas son el mejor reaseguro en un mundo que ya no cuenta con un prestamista de última instancia.

En una reunión que mantuvieron durante la última semana, Redrado le aseguró a Kirchner que la economía tiene al menos un año más de fuerte crecimiento asegurado. Buena parte de esa expectativa se basa en el favorable contexto internacional. Los financistas no dudan de que la Reserva Federal (banca central estadounidense) bajará la tasa de interés, del actual escalón del 5,25 por ciento anual. La única incógnita que se mantiene es el momento en que ese ajuste se iniciará.

Con precios de los commodities en niveles históricamente altos para 2007 se aguarda un superávit comercial de 10.000 millones de dólares. Y a la vez con un constante ingreso de capitales, en el Central aseguran que las reservas seguirán en aumento. Desde los despachos oficiales desestiman que la compra de esas divisas redundará en mayores tasas de interés. Tampoco creen que la cotización del dólar bajará del valor actual, un nivel que, sostienen los funcionarios, les deja a la industria y al campo un buen margen de competitividad.

Bajo el actual contexto, en la city se desató la fiesta. Suben los bonos y las acciones, y los financistas no dudan de que esos activos cerrarán el año en valores record.

La euforia financiera es seguida de cerca desde el BC. En caso de que se acelere el ingreso de capitales golondrina habría un ajuste en los controles ya vigentes. Pero también hay desconfianza. Los mercados financieros globalizados pueden cambiar de tendencia en forma súbita. Ese es un argumento de peso para continuar juntando reservas y defenderse de un eventual ataque especulativo.