Los gurúes de la city y los que no escucharon sus alertas fueron quienes mejor rédito sacaron a los Boden 2012 entregados a los ahorristas por la confiscación de sus depósitos en dólares. El lobby de los analistas del establishment financiero en los últimos años llevó a que muchos se deshicieran de estos papeles a precios bajísimos, con el argumento de que el Gobierno tomaría alguna medida que hiciese peligrar el cumplimiento de los servicios. La estrategia es siempre la misma: malos pronósticos, presionar a la baja la cotización para recomprar a precios bajos. Un ejemplo de esa práctica se observa en el porcentaje de grandes tenedores extranjeros de este bono en el último año, que pasó del 60 a casi el 80 por ciento. El ahorrista que no les hizo caso a los econochantas septuplicó su dinero, según informes de estos mismos analistas. Ahora, los gurúes vuelven con recomendaciones sobre qué hacer con el dinero cobrado el viernes.

El Boden 2012 lo emitió el duhaldismo, pero fue el kirchnerismo el que debió afrontar todos los vencimientos de intereses y amortizaciones que comenzaron en 2005. El Estado nacional desembolsó 21.800 millones de dólares. En los últimos años se encendieron rumores sobre la capacidad de pago del Estado o que éste terminaría pesificando la deuda, en particular durante los momentos de mayor tensión interna o externa: el lockout granario (2008), la primera fase de la crisis global (2009) y la elección presidencial (2011). La última especulación se tejió a partir de los mayores controles oficiales a la compra de moneda extranjera. Bajo ese contexto se incrementó la concentración de tenedores de Boden 2012 en el exterior como una manera de hacerse del billete verde, eludiendo los controles, lo cual se reflejó en que el papel cerrara con un precio superior a su valor nominal.

Los damnificados fueron los que se dejaron convencer y malvendieron sus títulos. “Qué fantástico negocio, dos veces se quedaron con la plata de los argentinos”, dijo el jueves la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante el anuncio del pago del Boden 2012 en la Bolsa. La mandataria informó en el 158º aniversario de la entidad bursátil que “el 22 por ciento está aquí dentro del país, pero el 78 por ciento de los que van a cobrar esto está fuera del país”. “Téngase en cuenta que el 57 por ciento de los depósitos, que luego fueron garantizados con el Boden 12, eran depósitos inferiores a 50.000 dólares, o sea era mucho ahorro de los argentinos: clase media, clase media-media, media alta; tal vez el otro 30 o 40 podía ser de clase alta”, detalló Fernández de Kirchner durante el acto.

Fue mejor negocio a largo plazo haber aceptado el Boden respecto de otras opciones, como la de haber aceptado la pesificación de los depósitos. Haber mantenido el Boden 12 durante toda su vida útil, reinvirtiendo a precios de mercado las rentas obtenidas en el mismo título en comparación con la pesificación de los depósitos a 1,40 por dólar y colocar los fondos a tasa Badlar de Bancos Privados (para colocaciones mayoristas superiores a un millón de pesos), el resultado fue que por cada 100 nominales, al elegir la alternativa del Boden 2012 se obtuvo 775,12 pesos, es decir, un dólar de 7,75 pesos. En el caso de la pesificación, el monto original se sextuplica. La brecha entre ambas opciones se abre en 2009. Ese cálculo fue realizado por la consultora de Daniel Marx, secretario de Finanzas durante el período 1999-2001.

Marx y los otros gurúes ahora dicen que el pago en tiempo y forma de 2200 millones de dólares que realizó el Estado esta semana no alcanza a despejar la “incertidumbre” sobre la economía. Lo mismo de siempre