FINANZAS › LAS ENTIDADES FINANCIERAS INYECTARON MáS DE 1000 MILLONES DE DóLARES EN LA PLAZA FINANCIERA
Fue por una nueva normativa del Central que reestablece un tope para los activos en dólares que pueden conservar las entidades. El Central adquirió la mayoría de esos dólares que no incrementan las reservas pero trajeron alivio al mercado.
› Por Tomás Lukin
La decisión del Banco Central de restablecer un tope para los activos en dólares que pueden conservar los bancos permitió ampliar la oferta de divisas. La banca privada deberá desprenderse de una cifra que rondará, según los datos de la autoridad monetaria, los 3900 millones de dólares. La normativa establece que tienen hasta finales de abril para concretarlo, pero las ventas fueron intensas en las tres primeras jornadas y presionaron a la baja sobre las distintas cotizaciones del dólar. La última semana los bancos inyectaron más de 1100 millones de dólares al mercado. Para eso liquidaron billetes, bonos en dólares, letras, contratos de dólar a futuro –un instrumento financiero que ofrece cobertura ante los movimientos esperados en el tipo de cambio–, entre otros activos.
Después de la devaluación y el aumento de las tasas decididos por el equipo económico, la regulación ofrece un alivio transitorio para las tensiones cambiarias en un momento de falta de liquidez. No necesariamente redundará en un incremento de las reservas internacionales del Banco Central, pero permitirá aliviar el ritmo de caída de las reservas, cuya variación comenzó a ocupar el mismo rol político-mediático que la evolución del “índice riesgo país” catorce años atrás. La medida no es novedosa sino que retoma los parámetros vigentes hasta 2006, cuando se eliminó el tope para que los bancos colaboren con la absorción de divisas en un escenario de abundancia.
Los datos del Banco Central indican que el sistema bancario poseía en diciembre aproximadamente 70 mil millones de pesos en activos denominados en dólares. Con la nueva normativa esas tenencias no podrán superar el 30 por ciento de su patrimonio neto que, a fines de 2013, contabilizó poco menos de 104 mil millones de pesos. Por lo tanto, en un plazo de tres meses, deberán desprenderse de una suma cercana a los 30 mil millones de pesos. La magnitud de la inyección de liquidez dependerá del tipo de cambio, pero tomando la “cotización de convergencia” de 8 pesos que se propuso sostener el equipo económico, las entidades venderán activos por una suma cercana a los 3900 millones de dólares.
Cada entidad desarrollará su estrategia para la venta de los distintos instrumentos en dólares en sus carteras. Por eso, es esperable que, dado el carácter oligopólico del mercado, los bancos coludan al momento de desprenderse de los billetes, bonos, letras para evitar magnificar el impacto sobre sus activos. De todas formas, como se observó entre el miércoles y viernes, la magnitud de las ventas presionará hacia abajo los precios de la divisa y los activos vinculados. El dólar mayorista, donde operan las entidades bancarias, cayó más de 16 centavos en tres días, para llegar hasta 7,845 pesos. La misma trayectoria mostró la cotización oficial al bajar de 8,01 a 7,85 (aunque cada banco y casa de cambio decide qué margen pone).
Si efectivamente el Gobierno cuenta con la capacidad para sostener el nuevo nivel del tipo de cambio, desprenderse de los billetes, después de la devaluación, no es un mal negocio para los bancos, cuyo negocio en pesos recibió un impulso de rentabilidad a partir del aumento de tasas promovido por el BCRA. Menos atractivo será desprenderse de una parte relevante de los títulos públicos en su poder. La tenencia de esos activos representa una actividad no tradicional del sector que incrementó su relevancia en el negocio bancario al ofrecer un abultado margen de rentabilidad. En ese segmento, el precio del dólar asociado a las operaciones de fuga de divisas como contado con liquidación –compra de bonos denominados en moneda extranjera en pesos en el mercado local para venderlos en el exterior en dólares– retrocedió 1,63 peso y cerró el viernes en 10,80 pesos. Por su parte, el “dólar Bolsa”, una transacción similar pero sin necesidad de depositar las divisas fuera del país, terminó en 10,36, una baja de 1,0 peso.
Junto con la baja en los precios del dólar, se desinflaron las expectativas devaluatorias. En “operaciones a término”, los contratos financieros que ofrecen cobertura de tipo de cambio, las tenencias de los bancos ascendían en diciembre a 25 mil millones de pesos (el 35,7 por ciento del total). Para la posición en esos instrumentos el BCRA estableció un límite menor equivalente al 10 por ciento del patrimonio de los bancos. Por eso deberán vender, como mínimo, papeles por 1300 millones de dólares. La venta de contratos a futuro no cuenta con el plazo hasta abril. La venta o cancelación de esos contratos induce una reducción de las expectativas de devaluación futura del mercado y así refuerza la señal de estabilidad alrededor de 8 pesos por dólar (más el aumento de tasas) que transmite desde la devaluación el Ministerio de Economía.
La pausa que ofrecerá la normativa no representa una solución para el problema financiero que atraviesa la economía argentina, sino que busca fortalecer la estrategia cambiaria después de la devaluación y el aumento de las tasas de interés. A pesar de contar con bajísimos niveles de desendeudamiento, las necesidades de financiamiento en dólares representan una de las principales limitaciones para garantizar la sustentabilidad del actual proyecto macroeconómico
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