Los controles oficiales en el mercado financiero forzaron la baja en el precio del dólar blue, aunque no fue la única tarea que llevó a cabo la nueva conducción del Banco Central para reducir la operatoria en ese segmento. Para favorecer el ahorro en moneda local y desincentivar al atesoramiento de dólares, el organismo monetario estableció un mínimo para las tasas de interés que bancos pagan por los depósitos minoristas (hasta 300 mil pesos) a plazo fijo en pesos. La tasa está relacionada con el rendimiento de las letras que ofrece la autoridad monetaria para esterilizar la emisión de pesos. En sólo 21 días –del 7 al 30 de octubre– el stock de depósitos en pesos minorista se incrementó en 2334 millones de pesos, un 1,9 por ciento, según cifras del Central. También hubo mejoras en el tramo medio –entre minoristas y mayoristas– aunque no todos los bancos lograron adecuar las tasas no reguladas al nuevo esquema que impuso la autoridad monetaria.

El principal argumento del establishment financiero para justificar la demanda de dólares de parte de los ahorristas fue la falta de alternativas para resguardar el dinero. Para acercar los rendimientos a la inflación y reducir la brecha entre tasas activas y pasivas que abultaban las ganancias de los bancos producto de una masa de dinero ociosa, el Central dispuso un piso que actualmente se ubica en torno de 23 por ciento para plazos fijos de 30 días, al tiempo que elevó el importe de la cobertura de la garantía de los depósitos de 150 mil a 300 mil pesos. Esto se hizo para que los bancos no adujeran temas de riesgo al otorgar las tasas fijadas por el Central.

La suba en el piso de tasas llevó a que los rendimientos para depósitos minoristas fuera superior al mayorista (por más de un millón de pesos), sobre el que no existen mínimos. Quedó una zona gris entre los mayoristas y minoristas cubiertos por la medida; es decir, para el segmento entre 300 mil y un millón de pesos. “Algunos bancos entendieron la medida y están acompañando las tasas de los depósitos de más de 300 mil pesos”, señaló esta semana el presidente del Central, Alejandro Vanoli, durante una exposición en la Universidad Nacional de Moreno. El libre juego del mercado que reclaman los banqueros se reflejó en tasas inferiores al 21 por ciento anual para ese segmento, dos o tres puntos por debajo del que se obtiene por un depósito hasta 300 mil pesos. Pese a esto la medida logró su cometido.

En cuanto a la disminución de la brecha cambiaria, el precio implícito que se obtiene al convertir pesos en dólares a través del mercado bursátil se redujo 12,5 por ciento para la fuga de las divisas al exterior (contado con liquidación) y 11,1 por ciento para el que se negocia en el Mercado Electrónico de Pagos (MEP). Por su parte, los depósitos minoristas en pesos pasaron de 125.563 millones de pesos al 7 de octubre a 127.897 millones a fin del mes pasado. La demanda para atesoramiento también exhibe una leve desaceleración en el ritmo de crecimiento respecto de los máximos alcanzados en septiembre previo, según el relevamiento diario que realiza la AFIP.

El organismo buscó también reactivar los depósitos en dólares ofreciendo al sistema financiero instrumentos en esa moneda –letras y notas– en sus licitaciones semanales. El objetivo es que los bancos privados ofrezcan un rendimiento de entre uno y tres puntos porcentuales con el objetivo de que los dólares vuelvan o se queden en los bancos. El informe semanal del Central al 31 de octubre último refleja en el transcurso de ese mes una primera suba en los depósitos en dólares en el sistema financiero de 2,2 por ciento, al pasar de 8194 millones a 8346 millones. En la comparación interanual la mejora de esas colocaciones fue de 2,7 por ciento respecto de octubre de 2013. La participación del segmento en dólares en el total de los depósitos es de apenas el 9 por ciento, muy lejos del 65 por ciento que detentaba previo a la crisis de 2001-2002.

[email protected]