Dom 05.07.2015
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FINANZAS › REFERéNDUM EN GRECIA A FAVOR O EN CONTRA DEL AJUSTE PROPUESTO POR LA TROIKA

El euro bajo presión

El Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea exigen un fuerte ajuste fiscal a Grecia para liberar un nuevo rescate financiero. El destino de la moneda única comunitaria.

› Por Cristian Carrillo

Hoy se juega el destino del euro. El pueblo griego elegirá si acepta los nuevos ajustes que la troika compuesta por el Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea le exigen como condición para instrumentar un nuevo rescate financiero. El resultado del referéndum podría definir la permanencia del país heleno como miembro de la Eurozona, pese a los intentos de Alemania y Francia por evitar este precedente para la región y la moneda comunitaria. Las alternativas que se abren para el gobierno de Alexis Tsipras confluyen en la necesidad de reestructurar su deuda. Esta semana vencieron 1600 millones de euros que debía pagarle al FMI y no lo hizo, lo que se convirtió en el primer impago a ese organismo por parte de una economía occidental desarrollada. La expectativa frente al euro es una depreciación de la moneda a niveles de 1,00 a 1,05 dólares por unidad y suba de tasas de interés.

La necesidad de unificación en Europa había desviado la atención sobre las condiciones económicas de los potenciales socios antes de su incorporación a la Comunidad. La crisis financiera dejó en evidencia la fragilidad de las cuentas griegas, que había sido ocultada mediante prácticas fraudulentas con ayuda de bancos de Wall Street. El desequilibrio del país heleno comenzó con la acumulación de facturas impagas a proveedores y contratistas nacionales y se espiralizó por acción de los bancos. Para corregir esta situación, fue forzado a aceptar agresivos planes de ajuste y privatización de activos y servicios del Estado, con el objetivo de reducir el déficit presupuestario, al tiempo que recibió dos abultados salvatajes financieros.

El interés en ese momento era evitar el contagio a otras economías. Los diez mayores bancos de Estados Unidos contaban con una elevada exposición en deuda de Irlanda, Portugal, España y Grecia. Actualmente, los principales acreedores de Grecia son el FMI y el Fondo de Rescate Europeo. La permanencia de Grecia en el euro responde a una cuestión geopolítica. El país heleno es visto como un nuevo modelo de democracia para Europa, castigada por guerras, fascismo y ocupación. Pero las asimetrías entre los países que comandan la región –Alemania y Francia– y el resto se hace cada vez más evidente. Sin embargo, Grecia se está convirtiendo en un lastre para la región.

El ejercicio de la democracia por parte de la administración Tsipras en esta consulta popular molestó a la troika, que le quitó todo apoyo financiero como castigo por no aceptar los ajustes propuestos. El resultado en Grecia fue la implementación de un corralito bancario para frenar la sangría de depósitos y la cesación de pagos de sus compromisos a la espera de nuevos desembolsos de los entes multilaterales de crédito. Las alternativas que se abren tras el referéndum son más que dos. En caso de ganar el Sí (ajuste) es probable que Tsipras dimita y asuma un gobierno interino hasta las próximas elecciones. El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, anticipó que renunciará si se imponía esa opción. Con la legitimidad del voto popular, no se descarta que la troika imponga condiciones todavía más duras para nuevos desembolsos.

En el caso de que gane el No, se abren distintos escenarios. Es posible que los acreedores privilegien que se mantenga Grecia en la Eurozona e igual realicen el desembolso de los 7600 millones de euros de un tercer salvataje. En caso de una reestructuración de deuda, podrían concederle una quita o mayores plazos para los vencimientos. “Es posible que aún intenten ayudarlo, aunque no siga en la Eurozona”, señaló a este suplemento Leonardo Bazzi, responsable de Research de Puente. De todos modos, el incumplimiento del vencimiento con el BCE por 3500 millones de euros el próximo 20 de julio podría implicar que se interrumpa la liquidez a los bancos griegos.

Bajo este escenario y ante la imposibilidad de conseguir financiamiento externo, hay consenso entre los analistas de que el país heleno deba emitir un bono o pagaré interno (cuasimoneda) para pagar los salarios y jubilaciones, según explica Bazzi. Esta situación lo dejará técnicamente fuera del euro, aunque puede permanecer como socio de la Comunidad Europea. El incremento en la prima de riesgo para otros países en problemas, como España, Portugal e Italia podría ser el canal de transmisión de la crisis al Viejo Continente.

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