INTERNACIONALES › QUE PROMETEN Y PUEDEN HACER LOS CANDIDATOS EN EE.UU.
Las cuentas no cierran
A 48 horas de las elecciones, los expertos de Wall Street desconfían de los cálculos económicos de Bush y Kerry. Y dicen que el programa de ambos supone aumentar el gasto.
Por Sandro Pozzi *
Desde Nueva York
“Los números no cuadran.” Es una afirmación que hacen los economistas en Wall Street y de diversos centros de estudios en Estados Unidos después de analizar el detalle de las propuestas de los candidatos a las presidenciales, mientras prometen que reducirán a la mitad en cinco años los 413.000 millones de déficit federal. Las cuentas independientes advierten que tanto con el presidente George Bush como con el demócrata John Kerry se agravará aún más el agujero que sufren las finanzas públicas de la mayor potencia mundial.
En los discursos de campaña vale casi todo y los políticos recurren a la retórica que les permite el juego político para ahondar en la ilusión de los electores, lanzando al aire todo tipo de promesas para hacerse con el voto de los indecisos. Y lo hacen incluso cuando a esas palabras se pueden contrastar fácilmente con números. La última encuesta del Pew Research Center muestra, de hecho, que el ciudadano corriente no se muestra interesado por la continua degradación de las finanzas del país, hasta el punto de que ni siquiera aparece entre los 10 grandes problemas a los que se enfrenta el país.
Cuando George Bush se puso al frente de la Casa Blanca en 2000, heredó un superávit presupuestario de 236.000 millones de dólares. Su antecesor, Bill Clinton, logró sacar las cuentas públicas de EE.UU. en su doble mandato de un déficit heredado de George Bush padre valorado en 255.000 millones. Su hijo se presenta ahora a la reelección con un agujero todavía más grande, dice que por culpa de la crisis económica, los atentados del 11-S y la guerra contra el terror en Irak y Afganistán. Pero para reducir a la mitad el déficit público en 2009, como dicen el presidente y su contrincante, “el presupuesto necesitaría de una apática combinación para la política de incrementos de impuestos y recortes del gasto”, como señalan desde el Economic Policy Institute. A partir de esta reflexión es donde se ve que no salen las cuentas. Los cálculos de Condord Coalition muestran que las propuestas electorales del senador demócrata John Kerry sumarán 1,27 billones de dólares sobre el déficit acumulado de 2,3 billones previsto para 2014. En el caso del presidente George Bush ese incremento adicional sería superior, de 1,32 billones de dólares.
El American Enterprise Institute, tras analizar las proyecciones de gasto del programa de Kerry, afirma sin tapujos que se trata de un “extraño ejercicio de matemáticas”. “Incluso con un cálculo generoso”, señala, “sus promesas llevan detrás una cantidad extraordinaria de dinero”. El instituto eleva aún más las cifras y dice que las iniciativas del demócrata conllevarán un incremento adicional del orden de los 2,2 billones. ¿En qué se gastaría Kerry ese dinero si es elegido presidente por los estadounidenses? El AEI explica que casi la mitad de ese incremento –900.000 millones de dólares– se destinarían a financiar sus propuestas para ampliar la cobertura sanitaria. El gasto en educación representaría una cuarta parte de esa subida –500.000 millones– y el resto se destinaría a la ampliación del personal militar y a los veteranos, además de otros programas sociales y de ayuda internacional.
El problema, señalan desde Concord, es que ninguno de los candidatos están dedicando mucho tiempo a mirar lo que se avecina en 2008, cuando se produzca la primera ola masiva de jubilaciones entre la generación del baby-boom. La presión sobre los programas públicos como la Seguridad Social y el Medicare –asistencia sanitaria a los mayores– será enorme. Por eso, desde el banco de inversiones Morgan Stanley se señala que la única opción que tendrá el futuro presidente es “tomar decisiones muy duras para reducir el déficit a corto plazo y considerar políticas más radicales para controlar el gasto a largo plazo”. La amenaza de una subidaagresiva de las tasas de interés podría obligar a que se produzcan cambios significativos en la política fiscal, como advierte la Reserva Federal.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.