INTERNACIONALES › SUBA DE LA TASA PONE EN RIESGO CRECIMIENTO DE BRASIL
Para frenar la inflación, el BC de Brasil ajustó la tasa. Esa ortodoxia beneficia al sector financiero y aumenta la deuda pública.
La nueva suba de la tasa de interés por parte del Banco Central de Brasil pone en riesgo el crecimiento de la economía brasileña en 2005. Eso es lo que piensan la mayoría de los empresarios y economistas y las dos principales centrales sindicales del país. La autoridad monetaria, que en septiembre pasado comenzó un ciclo de alza de la tasa para tratar de domar una inflación que en 2004 fue del 7,6 por ciento, dispuso otro incremento de medio punto porcentual, que fue fijado en el 18,75 por ciento anual.
Pese a que el ajuste no sorprendió porque el mercado financiero y los sectores productivos conocen el manejo conservador de la política monetaria, distintas voces advirtieron una vez más que el ciclo de alza de los intereses puede frenar el crecimiento de la economía. “Si tenemos en cuenta que las decisiones de la política monetaria tardan de seis a ocho meses en producir efecto, vamos a llegar a mitad de año nuevamente en un proceso de caída de la actividad”, aseguró el director ejecutivo de la Federación de Comercio de Sao Paulo, Antonio Carlos Borges.
El gobierno de Lula no ha divulgado todavía los datos de la economía en 2004, pero todas las proyecciones oficiales y privadas calculan que tuvo un crecimiento superior al 5 por ciento, y para este año se espera una expansión menor, del orden del 3,5 por ciento, debido principalmente a la caída de los precios de algunas materias primas de las cuales el país es un gran exportador.
Borges agregó que el comercio minorista, que comenzó a crecer a mediados del año pasado, cuando las tasas estaban en el 16 por ciento anual, ya empieza a dar señales de desaceleración porque su aumento en los seis últimos meses está encareciendo todos las formas de financiación bancaria, lo que repercute negativamente en las ventas. “Las reuniones del Comité de Política Monetaria del Banco Central se transformaron en una pesadilla mensual”, expresó por su parte el presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, Paulo Skaf, en referencia al órgano encargado de fijar la trayectoria de las tasas.
Empresarios y economistas critican no sólo lo que consideran conservadurismo exagerado del Banco Central en el manejo de la política monetaria, sino también su “insensibilidad” frente a reclamos de la sociedad, que pide más estímulos para la producción y el empleo. “Es muy justo y necesario que en la presente coyuntura todas las fuerzas productivas se organicen contra la suba de la tasa y tributos elevados”, agregó Skaf, quien forma parte de un grupo que reclama la derogación de un decreto que aumentó los impuestos al sector de servicios.
Los empresarios también ponen en duda la eficacia de la política monetaria en el control de la inflación, y consideran que el alza de la tasa “esconde la falta de voluntad política del gobierno de hacer una reforma administrativa que reduzca sus propios gastos”. “El sector público brasileño tiene una estructura de gastos muy pesada y parte de sus compromisos son con el pago de intereses”, expresó el director ejecutivo de la Federación de Comercio de Sao Paulo. Borges explicó que, según proyecciones de especialistas, para alcanzar la meta de inflación de este año, que es del 5,1 por ciento, el Banco Central tendrá que subir los intereses a cerca del 29 por ciento, “lo que es inaceptable”.
Algunos especialistas consideran que después de seis meses seguidos de reajuste de los intereses el Banco Central debería hacer una “parada técnica” para evaluar los efectos de su política monetaria sobre la economía. Según el economista Rodrigo Rivera, de la Brazilian Business School, el gobierno argumenta que a pesar de los intereses altos la economía crece, pero “todo tiene un límite” y es hora de que el Banco Central pare para pensar.
Por su parte, las organizaciones sindicales multiplicaron sus protestas contra esa política monetaria. Dos de los principales movimientosgremiales de Brasil, la Central Unica de Trabajadores (CUT, cercana al gobierno) y Fuerza Sindical (oposición), condenaron la decisión del Comité de Política Monetaria. En una nota firmada por su presidente Luiz Marinho, la CUT “condena el alza de los intereses y propone cambios en el Consejo Monetario Nacional (CMN)”. Para la mayor central brasileña, fundada en 1979 por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva cuando era líder metalúrgico, “no es posible protestar por la política conservadora adoptada por el Copom”, y por eso convocó a las fuerzas productivas a “lanzar una campaña por el cambio en la composición del CMN” que representa, según la nota, “las bases que sustentan esa política”.
En tanto, Paulo Pereira da Silva, presidente de Fuerza Sindical, aseguró que la decisión del Copom “es extremadamente nefasta para el país” porque significa “un regalo para los especuladores y sanciona la producción y el empleo en el país”. “Presenciamos un gobierno paralizado, rehén del sector especulativo, con una política recesiva y penosa para los trabajadores brasileños”, añadió Pereira.
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