INTERNACIONALES › UNA SEMANA CON RECUERDOS DE LOS AÑOS DE HOOVER
Depresión en Bushlandia
La recesión avanza en Estados Unidos, Europa y Brasil. Las perspectivas para la Argentina son oscuras.
Por Claudio Uriarte
Los pronósticos depresivos sobre el rumbo de la economía norteamericana volvieron a confirmarse esta semana. El número de desocupados que recibe subsidios por desempleo aumentó al final de junio a 3,8 millones, la cifra más alta en dos décadas. Y el número de solicitudes de acogida al subsidio que los estados del país dan por desempleo aumentó inesperadamente la semana pasada a 439.000. California, el estado más rico del país y la sexta economía del mundo, empezó el martes a vivir de prestado (y a altas tasas de interés); hay dinero sólo hasta fines de agosto y nadie sabe qué sucederá después, en medio de un clima de inestabilidad política gatillada por la decisión de un grupo de republicanos de intentar un golpe de Estado parlamentario contra el gobernador Gray Davis. Estas son malas noticias no sólo para Estados Unidos sino para todo el mundo y también para la Argentina, en la misma semana en la que Brasil cayó en deflación y se informaba que la actividad económica en los 12 países de la eurozona había entrado en estancamiento en el primer semestre del año, sin que convenciera al banquero central europeo Wim Duisenberg de efectuar un nuevo recorte a la tasa de interés.
Las cifras del Departamento de Trabajo norteamericano reflejan que las empresas siguen reduciendo personal a pesar de que el gobierno de George W. Bush sostiene que la reactivación de la economía está a punto de cobrar fuerza. El número de personas que seguía cobrando el subsidio de desempleo aumentó en 87.000 y llegó a 3,82 millones en la semana que terminó el 28 de junio, la cifra más alta desde los 3,88 millones de la semana que concluyó el 26 de febrero de 1983. Ese dato no incluye a unas 850.000 personas que cobran el subsidio del gobierno federal, y que está disponible para quienes agotan su beneficio estatal, habitualmente después de 26 semanas. Los mercados financieros respondieron con bajas a la noticia, y el senador demócrata Joseph Lieberman dijo que “con Bush no sólo hemos perdido más empleos desde la presidencia de Herbert Hoover (1919-1933), sino que él nos ha dado las listas de desempleados más largas en dos décadas”. “En pocas palabras, la política económica de este gobierno es un desastre y ha llegado el momento de un cambio”, añadió el senador Lieberman, uno de los aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Demócrata en las elecciones de 2004.
Las cifras le dan la razón. Según las estadísticas oficiales, hay casi 9,3 millones de personas en EE.UU. que figuran como desempleadas, pero no todas ellas tienen derecho al subsidio. En promedio, esos 9,3 millones de personas han estado buscando empleo durante 19,8 semanas, mientras que otros 2 millones de personas han estado sin empleo por más de seis meses, pero siguen buscándolo. Quienes ya no buscan empleo, simplemente desaparecen de las estadísticas oficiales de desempleo en EE.UU.
Entre enero y junio, la economía de EE.UU. ha perdido 236.000 puestos de trabajo y en junio la tasa oficial de desempleo llegó al 6,4 por ciento de la fuerza laboral, la más alta en nueve años. Durante el primer trimestre de este año el Producto Bruto Interno de EE.UU. creció a un ritmo anual del 1,4 por ciento, el mismo que en los tres últimos meses del año anterior.
Durante todo 2002 la economía creció un 2,4 por ciento. La mayoría de los economistas opina que la economía necesita un ritmo de crecimiento superior al 3 por ciento para que empiece a disminuir el desempleo, pero pocos creen que el ritmo esté aumentando. Es decir: lo peor está por venir.