La recesión del sector forestal ya es sólo un mal recuerdo. Las exportaciones de 2003 alcanzaron un record de 653 millones de dólares, 38 millones más que el pico prerrecesivo de 1997. La expansión productiva se basó además en la sustitución de importaciones. Por primera vez en más de una década el país vendió más de lo que compró. La mejora fue también cualitativa. Las exportaciones tuvieron una mayor composición de valor agregado. Además de rollizos se vendieron al exterior manufacturas como tableros, machimbres, molduras y piezas de muebles.
José Amigo, coordinador de políticas forestoindustriales de la Secretaría de Agricultura, dijo a Cash que el sector emplea en forma directa a 100 mil personas. Ello se explica porque la actividad no es meramente primaria, sino agroindustrial. El ciclo productivo puede entenderse en base a los porcentajes de utilización y destinos de la materia prima. De un árbol tipo, en buenas condiciones, sólo el 40 por ciento se aprovecha como madera, el 60 por ciento restante son “desperdicios” que se convierten en insumos de la industria papelera (celulosa), en un 90 por ciento, y de aglomerados, el 10 por ciento restante.
Así, los 3500 millones invertidos en el sector durante la década del ‘90 se repartieron entre la forestación –hoy el 95 por ciento de lo que se elabora son bosques cultivados– y la construcción de nuevas plantas industriales. No sólo los aserraderos que aprovechan la madera, que requieren inversiones de entre 5 y 50 millones de dólares, sino también las plantas trituradoras de pulpa celulósica y aglomerados, que demandan entre 200 y 1500 millones de dólares. Estos altos requerimientos de capital, sumados a la lenta maduración de la inversión forestal –entre 12 y 35 años– explican a su vez tanto la estructura de mercado dominada por unas pocas grandes empresas, como la notable extranjerización de la propiedad. Alrededor del 70 por ciento de las principales firmas son de capital extranjero, principalmente chilenos, pero también noruegos, finlandeses, suizos, uruguayos y españoles. A su vez, también es de propiedad extranjera cerca del 30 por ciento de la superficie forestada, que alcanza a 1,1 millón de hectáreas.
Actualmente la utilización de la capacidad instalada es del ciento por ciento y muchas plantas trabajan tres turnos de 8 horas. Amigo estimó que el sector maderero local requiere hoy inversiones por 4000 millones de dólares.