Algunos adelantos conocidos esta semana sobre el comportamiento del comercio exterior permiten adelantar que en 2005 las exportaciones serán record. Un buen dato para los exportadores, para el campo y para el fisco. En términos de la macroeconomía ello significa también que el contexto internacional favorable se mantiene. En relación a los últimos años existirá además una importante diferencia cualitativa. La mejora de las ventas al exterior ya no vendrá solo de la mano de los precios, sino –especialmente en los sectores de base agropecuaria– a pesar de ellos y por la expansión de las cantidades vendidas. Los economistas cercanos al Gobierno podrán respirar aliviados. Luego de más de 3 años, el modelo de tipo de cambio alto comienza a mostrar signos evidentes de maduración.

Los datos efectivos de exportaciones para 2005 todavía no son muchos, apenas se cuenta con los del primer bimestre, pero se sabe que la cosecha será record y que la soja alcanzará rindes máximos. Si, como suele suceder en un mercado como el de los productos primarios, existen restricciones en la oferta mundial por cuestiones climáticas o de impulsos inesperados de la demanda, lo que hoy se avizora como buen resultado podría terminar siendo extraordinario, aunque esto último se asiente todavía en el ámbito de la futurología. Al menos en principio se prevé que el año termine con precios en baja.

De acuerdo a un reciente informe de la Fundación Capital, las cifras del primer bimestre muestran que las exportaciones de Manufacturas de Origen Agropecuario crecieron el 14 por ciento contra igual período de 2004, mientras que los Productos Primarios lo hicieron a un extraordinario 50 por ciento. En este último rubro debe aclararse la existencia de un sesgo que no permite extrapolar la mejora para el total del año, pues la suba fue impulsada por algunos hechos de carácter transitorio, como las ventas de remanentes de la cosecha anterior y el adelantamiento de ventas provocado por la especulación generada en torno de la baja coyuntural de precios. Mal negocio para los vendedores y excelente para los compradores. Este nivel de ventas de los primarios compensó con creces la caída de precios del período, que fue del 20 por ciento. Finalmente, el aumento de los valores exportados fue del 19 por ciento.

Sobre los precios de los productos primarios resulta necesario aclarar dos puntos. El primero es que la caída respondió a la comparación contra los niveles máximos alcanzados en el primer bimestre de 2004. El segundo es que en marzo y abril mostraron una recuperación, especialmente la soja.

Para el total del año, a pesar de las bajas finales que se estiman en los precios, la proyección es que las mayores cantidades permitirán un aumento de las exportaciones de productos primarios del 10 por ciento y de MOA del 11 por ciento. De esta manera, los productos de base primaria explicarán al menos 20 mil de los 37 mil millones de exportaciones totales previstas.

Estos datos se producen en el contexto de la finalización de la cosecha 2004/2005 que se estima alcanzará un record absoluto de 82 millones de toneladas, 12 millones más que en la cosecha anterior. De este total, alrededor de la mitad corresponderá al sector de oleaginosas, no solo por la importancia relativa de la soja en la producción argentina sino por los excelentes rindes que alcanzó este producto. En la zona núcleo de la Pampa Húmeda se lograron en algunos establecimientos hasta 5 toneladas por hectáreas, con promedios de hasta 4 toneladas. No obstante, estos rendimientos son máximos. Cuando aún falta completar entre el 30 y el 40 por ciento de la cosecha se espera un promedio total en torno de las 3 toneladas. Sin embargo, no son estas las cifras que se escuchan en boca de los empresarios del campo, sino los mayores costos de comercialización provocados por el “colapso” de la logística y la infraestructura frente a la avalancha de producción.