ESQUEL
Seguimos en Esquel en lucha contra el emprendimiento minero del tándem Meridian Gold-Gobierno provincial. Debates, asambleas, marchas multitudinarias, cartas públicas contestando al gobernador y a quienes en Esquel desean concretar este emprendimiento. Saqueo multinacional contra los recursos naturales y enormes riesgos de contaminación del aire, la tierra y el agua. La Asamblea de Vecinos Autoconvocados, que acaba de recibir un fuerte apoyo de Elisa Carrió en Esquel con su rechazo a este tipo de saqueos y peligros por el cianuro, el plomo y el arsénico, tiene hoy un gran apoyo de los turistas. Ayudados por la devaluación que empuja a miles de turistas a nuestra zona, éstos llegan a las mesas de información por centenares y muchas veces toman conocimiento del tema y otras veces directamente dicen: “Ya sé de qué se trata, dónde hay que firmar”. El turismo debe ser uno de los puntales del desarrollo regional, con esfuerzo privado y comunitario pero con apoyo estatal; sin embargo, el gobernador no sólo defiende a capa y espada el proyecto minero, sin contestar de frente a los vecinos el porqué de su empuje, sino que además anuncia que enviará funcionarios a las escuelas para hacerlo conocer; claro que lo hace antes de ser aprobado (difícilmente lo sea o no debería serlo) el Informe de Impacto Ambiental y además rehúye aceptar la reclamada con miles de firmas Consulta Popular. Los turistas van y vienen admirando los paisajes, el aire y el agua pura de nuestra zona. Meridian Gold dice que minería y turismo se complementan; para ello anuncia que cuando la mina funcione –hoy en duda– pondrá en servicio un centro de interpretación y hará que los turistas se fotografíen cuando explotan con dinamita parte del paisaje para hacer un tajo de 2000 metros de largo por 250 de hondo y 500 de ancho, el equivalente a cuatro o cinco estadios de River. Bochornoso. Entonces, ¿qué pasará con el turismo?
Jorge Oriola
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Twinings
Formo parte del grupo de paladares castigados, descripto por Julio Nudler en su comentario publicado en la columna “Deseconomías” del 29 de diciembre pasado en el Cash. Como devoto admirador del té inglés, sufrí como pocos el devastador aumento del Twinings no sólo en Disco como señala el periodista, sino en la cadena Carrefour, en Norte y en Coto, donde el precio del referido té promediaba los $ 14. Sin embargo, las crisis nos enseñan a buscar caminos alternativos y a descubrir salidas cuando los formadores de precios, como son las grandes cadenas, establecen una suerte de oligopolio que actúa como dinamizador de los aumentos de precios. Porque sabido es que dichas cadenas, en los afiebrados días en que la divisa norteamericana volaba sin rumbo buscando altos horizontes, no encontraban mejores medicinas en las noches que utilizar a su personal para remarcar las góndolas sin tener en cuenta los valores de reposición sino la cotización de la moneda estadounidense. La oscilación expresada en el Twinings también se verificaba en la harina, en los aceites y en tantísimos otros productos en dichas góndolas, mientras que en los autoservicios de barrio, muchos de ellos con propietarios chinos o coreanos, se encontraban precios increíblemente más baratos teniendo en cuenta que el poder de negociación de quien compra menor cantidad nunca puede ser igualada a la de los poderosos hipermercados. Por ello, estimado Nudler, le recomiendo a usted y a otros sufridos paladares como el del quien suscribe, caminar y no darse por vencido. Por meses, en una vinoteca de la céntrica esquina de Diagonal Norte y Suipacha, mientras existió remanente de stock, se conseguían dos cajas de Twinings a $ 10, es decir casi un tercio de lo que cobraban las grandes cadenas. Por ello, agrego una felicitación por el aporte efectuado por los hipermercados a la reactivación ya no productiva sino económica: han permitido el regreso de los pequeños almacenes y autoservicios del barrio, donde el ruido de las cacerolas se oye de manera distinta.
Marcelo Rubin