ENFOQUE
› Por Claudio Scaletta
La pérdida de hegemonía del imperio hoy dominante, sumido en crisis económica, con desocupación, endeudamiento y déficit gigantescos, sólo brillando de facto en su rol activo de gendarme mundial, con efectividad en la creación de fantasmas y un aparato militar superpoderoso e intacto, convive en el escenario global con la emergencia de una nueva potencia económica que ya ocupa el segundo lugar del ranking mundial: China, siempre vista con preocupación competitiva por sus analistas de los antípodas.
Mientras tanto, en América latina en general y en Argentina en particular, la presencia china no es un fenómeno reducido a las disputas de precios del subcapital comercial aplicado a la distribución minorista. Tampoco al rol de meros compradores compulsivos de commodities generalmente destinadas a la alimentación de sus animales de granja, con demanda incrementada por el industrial éxodo del campo a la ciudad.
Según se reseña en un informe difundido esta semana por la Cepal, en 2010, con un flujo de más de 15.000 millones de dólares, la potencia asiática se convirtió en una de las fuentes principales de Inversión Extranjera Directa (IED) en América latina, la tercera detrás de Estados Unidos y los Países Bajos. Argentina, con una recepción de 5550 millones de dólares ocupó el segundo lugar como destino del subcontinente, detrás de Brasil, que recibió 9563 millones.
El fenómeno es absolutamente contemporáneo. Los 15.000 millones de 2010 contrastan con los 255 de 2009. En 2011 el grueso de los anuncios de inversión se encuentran en etapa de desarrollo y sumaran a la región 23.000 millones de dólares adicionales.
El despegue de la IED china coincide con la caída de los flujos mundiales de IED resultantes de la crisis financiera. El país asiático sufrió los efectos de la crisis, pero los superó rápidamente y, además, es el principal exportador mundial. Ambos factores le otorgan a sus empresas una gran capacidad financiera que es apoyada por el Estado en el marco de una estrategia nacional de desarrollo. En 2004 el Gobierno anunció un plan para ofrecer créditos subsidiados por hasta el 70 por ciento de la inversión total. El beneficio es para las firmas que invierten en el exterior en áreas prioritarias, entre ellas la adquisición de recursos naturales escasos en China.
Como lo muestran en particular los flujos de IED al Cono Sur de América, la potencia asiática buscó asegurarse la provisión de materias primas, lo que puede interpretarse como un derivado lógico de la estructura del comercio exterior bilateral. En tanto potencia emergente en la era del capital, las exportaciones chinas a la región se concentran en productos manufacturados, en tanto que las importaciones son de materias primas, fundamentalmente minerales (29,5 por ciento), productos oleaginosos (44,7) e hidrocarburos. En el caso argentino las semillas de soja representan el 46 por ciento de las ventas.
Los aumentos en los precios de los commodities, fenómeno del que China también es responsable, se encuentran entre las razones que explican la IED como necesidad de asegurarse provisión en el largo plazo. Siempre de acuerdo a la CEPAL, “entre 2000 y 2009, ese país fue responsable del 63 por ciento del crecimiento en el consumo de aceite de soja y del 46 por ciento del aumento de la demanda de petróleo. En el caso del cobre el crecimiento de la demanda de China compensó por sí sola la caída en el resto del mundo”. Esto explica que el 61 por ciento de las mayores adquisiciones de la nación asiática en el extranjero se concentraran en empresas productoras de materias primas, en energía y minería.
En Argentina, en 2010, las principales inversiones se dirigieron al sector de hidrocarburos. Así, Sinopec, una de las cuatro petroleras estatales que controlan completamente el mercado chino (junto a Cnooc, CNCP –Corporación Nacional de Petróleo de China– y Sinochem) adquirió por 2450 millones de dólares el ciento por ciento de Occidental Argentina, firma que pertenecía a la estadounidense Oxy. Cnooc, de la que en su momento se dijo que compraría YPF, invirtió 6600 millones de dólares en el país: 3100 millones los destinó a la compra del 50 por ciento de Bridas, del Grupo Bulgheroni, y 3500 al ciento por ciento de Pan American Energy, que estaba en poder de British Petroleum. Las tres operaciones suman 8550 millones de dólares, que superan los 5550 millones de inversión total del año por los plazos de los desembolsos. Se trata de la mayor inversión en el sector hidrocarburífero argentino desde que la española Repsol adquirió a la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales. La entrada en Bridas, por ejemplo, le permitió a Cnooc aumentar en un 25 por ciento su producción de petróleo y sumar 1000 millones de barriles equivalentes a sus reservas. Visto desde China lo que se observa es que, frente al aumento del consumo doméstico, las empresas distribuidoras buscan una “integración hacia atrás” en el resto del mundo vía IED bajo la estrategia de “fusiones y adquisiciones”.
En el campo agrícola existen también grandes proyectos de inversión, pero ninguno parece haberse concretado: la provincia china de Heilongjiang expresó la intención de invertir en la Argentina cien millones de dólares en Río Negro para la producción de soja destinada a la exportación, pero es probable que la nueva legislación sobre la propiedad de tierras para extranjeros ponga algún coto a un proyecto provincial vergonzoso cuya redacción retrotrae a la década del ’90.
Si bien no es buen consejo mirar la IED con ojos chauvinistas, vale destacar que el flujo inversor chino acentúa un patrón de inserción internacional del país como proveedor de un número reducido de materias primas, es decir de productos de escaso valor agregado local y cuya producción entraña un prácticamente nulo efecto multiplicador sobre la economía. El panorama no es, por supuesto, responsabilidad de China, sino una deuda pendiente de la planificación de largo plazo de la economía local, que no es otra cosa que el viejo debate por el modelo de país
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux