El Indice de Precios de Consumo (IPC) del Reino Unido bajó en febrero al 0 por ciento interanual, desde el 0,3 por ciento de enero, según informó la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés). El IPC bajó por el retroceso de los precios de los alimentos, que cayeron un 3,4 por ciento en los últimos doce meses, hasta finales del pasado febrero, y también por el descenso de los combustibles debido a la caída del petróleo en los últimos seis meses. La tasa de inflación de febrero es la más baja desde que empezaron a medirse estos índices, en 1988. Los expertos creen que la última vez que la inflación británica se situó en un nivel tan bajo fue en la década del ’60. Los analistas anticipan que el Reino Unido puede entrar en deflación, lo que crearía problemas para la economía.