El domingo 23 de diciembre pasado, en el suplemento Cash, Christian Caracoche publicó un artículo titulado “Con el materialismo como brújula” en respuesta a un artículo publicado una semana antes por estos autores (“Curiosos reclamos”), donde se criticaba la actitud de ciertos sectores del sindicalismo de solo pedir la eliminación del Impuesto a las Ganancias sobre los salarios y no tener una visión más abarcativa de los problemas de los trabajadores, sobre todo teniendo en cuenta que para los de menores ingresos ese tributo no los afecta. Se planteaba además la necesidad de pensar una reforma del sistema impositivo en su conjunto que permita gravar más a quienes tienen ingresos más altos.

El artículo de Caracoche defiende la postura de los sectores minoritarios de la CGT y la CTA, encabezados por Moyano, Barrionuevo, Venegas y Micheli, de pedir la eliminación del Impuesto a las Ganancias cuarta categoría; y utiliza el curioso argumento de que, según la EPH publicada por el Indec, un porcentaje alto de los trabajadores está por debajo de los 6000 pesos, cuando esta cifra está lejos de pagar Ganancias ya que es a partir de los 6300 pesos (para los que no tienen hijos ni carga de familia) y de alrededor de 8550 (para los que tienen cargas de familia) que se comienza a abonar dicho impuesto.

Otro tema que menciona el autor es que, más allá de las cúpulas sindicales, había trabajadores con reivindicaciones justas sosteniendo el paro. El acompañamiento de la Sociedad Rural Argentina, representantes junto a Venegas del sector de mayor trabajo informal y peores salarios del país, habla por sí solo. Además fue necesario cortar casi todos los accesos a Capital impidiendo la llegada a los lugares de trabajo para que el paro se sienta en algunos sectores. Nunca antes en la historia del movimiento obrero fueron necesarias tales maniobras, ya que cuando la CGT convocaba a un paro por una razón justa el acompañamiento era masivo. La pobre convocatoria por parte de los mismos sectores a la actividad del 19 de diciembre confirma esta postura.

Sería una auspiciosa iniciativa del movimiento obrero organizado usar su poder de convocatoria para instalar en la agenda la necesidad de una reforma fiscal integral, que haga más progresivo el sistema, tanto desde el punto de vista de la recaudación como del gasto público, teniendo en cuenta a los salarios más bajos, a quienes aún están fuera del sistema productivo. La matriz de recaudación menos regresiva junto con las transformaciones en el gasto público a favor de los menos favorecidos hicieron más justa la distribución del ingreso.

Más allá de estas mejoras es mucho lo que queda por hacer más justo el sistema tributario. Vemos los siguientes temas en agenda:

- Por el lado de Ganancias, se pueden hacer más progresivas sus escalas y se pueden eliminar exenciones injustas como las que corresponden a la renta financiera y a los jueces. Por otro lado, la tasa máxima es de 35 por ciento, mientras en Chile llega al 40, en Estados Unidos al 42, en Alemania al 45 y en Inglaterra al 50 por ciento. Es mucho todavía lo que podemos avanzar en materia de progresividad.

- Por el lado del IVA se le pueden dar características de mayor progresividad, mediante la existencia de alícuotas más altas para bienes y servicios suntuarios y exenciones para bienes de primera necesidad.

- Crear un impuesto adicional a las ganancias extraordinarias.

El autor también plantea con cierta razón la dificultad de realizar una baja en la alícuota de IVA y que esta se traduzca en precios más bajos para los sectores populares, porque dada la estructura oligopólica de la economía argentina es posible que dicha diferencia pase a engrosar las ganancias capitalistas a costa de una menor recaudación para el Estado. En “IVA Progresivo. ¿La más maravillosa música?”, el economista Alfredo Iñiguez propone alternativas interesantes al respecto: régimen de devolución del IVA con tarjetas de débito para bienes de la canasta básica, reintegro del 15 por ciento sobre las compras con tarjetas de débito para titulares de planes sociales, apuntando a la conformación de un IVA progresivo y demostrando que con imaginación siempre pueden generarse cambios

* Profesores de la UBA y la Universidad Nacional de Quilmes.