DEBATE › CONTROVERSIA SOBRE METODOLOGíAS Y CIFRAS DE LA POBREZA
El director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz responde a la réplica del coordinador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA publicada el domingo pasado en el Cash.
› Por Andrés Asiain *
La falta de información oficial sobre pobreza por ingreso y el cuestionamiento a las mediciones de precios del Indec, han dado la oportunidad para que los grandes multimedios opositores presenten una situación social similar a la de los años noventa. Para la construcción de ese escenario en el sentido común social han contado con el trabajo técnico del Observatorio de la Deuda Social Argentina (OSDA) de la UCA dirigido por Agustín Salvia, quien en su último informe estima niveles de pobreza por ingreso noventistas para finales de 2014. En una serie de trabajos del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) y notas publicadas en este diario, hemos señalado que OSDA aplica métodos similares a los del Indec, pero para magnificar la pobreza.
También presentamos estimaciones de pobreza basadas en estadísticas de precios oficiales de provincias de diverso signo político, mostrando que la pobreza alcanzaba al 16,1 por ciento de la población a finales de 2014. Es decir, un escenario intermedio entre la subestimación de la pobreza del Indec antes de suspender su publicación, y la sobrestimación que realiza OSDA. Nuestras publicaciones merecieron una respuesta de Salvia publicada en el Cash del domingo pasado que merece, a su vez, una serie de consideraciones.
En primer lugar, el director de OSDA acepta la crítica del CESO de sobrestimación de la inflación con que se mide la Canasta Básica Total (CBT), producto de valorizar una canasta que incluye alimentos y otros bienes y servicios, exclusivamente con la inflación en alimentos (que superó a la general en un 34 por ciento entre 2010 y 2014 según sus propios índices). Atribuye esa falencia a “falta de información confiable sobre la composición del gasto de los hogares y los precios de los bienes y servicios básicos no alimentarios”. Una respuesta que puede ser válida pero que imposibilita la medición de la pobreza. Es decir, si no disponen de una metodología que permita valorar correctamente la CBT deben desistir de estimarla, y no realizar una estimación sesgada (sin siquiera señalar en sus informes ese sesgo). Por otro lado, dado que para medir el poder de compra de los ingresos de los hogares, OSDA utiliza un índice de inflación general más representativo de la CBT que el de los alimentos, tienen allí una opción más acertada para su estimación que arroja resultados similares a los alcanzados por el CESO a partir de estadísticas de precios provinciales.
En segundo lugar, el director de OSDA rechaza la crítica de que su muestra de hogares capta deficientemente los hogares de ingresos medios-altos, reflejando “una muestra de pobres” con ingresos promedios un 20 por ciento por debajo de los de EPH, dando lugar a una sobrestimación del porcentaje de pobreza y una subestimación de la desigualdad. Presenta como único argumento que sus índices de Gini (con que se mide la de-
sigualdad) son similares a los del Indec. Sin embargo, esos índices fueron construidos ad hoc, tras las críticas del CESO por la ausencia de su publicación. La fiabilidad de los mismos se ve comprometida por los propios dichos de Salvia en una entrevista radial que mantuvo conmigo en mayo del año pasado (disponible en la web) donde sostuvo en forma textual que su muestra de hogares presenta “Ginis muy bajos, escandinavos” porque “no llegamos a los más ricos” ya que “lo que no medimos son los ingresos de más de 20.000, 30.000 pesos, en forma representativa”. La poca credibilidad de los flamantes Ginis de OSDA se ve confirmada no sólo por los dichos previos de su director, sino también por presentar cambios groseros en los informes de los últimos años, por no coincidir la metodología expuesta en el texto con la presentada en los cuadros, y dar lugar a resultados contradictorios como que la pobreza se mantiene constante entre 2010 y 2014 a pesar de la mejora de los ingresos reales de los hogares y la baja en la desigualdad que informa el propio Observatorio. Tal vez, si permitieran el libre acceso a los resultados de las encuestas de hogares de OSDA (tal como sucede con la EPH-Indec), se podrían despejar las sospechas sobre manipulación en la presentación de los estadísticos de desigualdad.
En tercer lugar, Salvia acepta que sus mediciones “pueden contener errores” y “de hecho los tienen” y avisa que están “revisando los datos de ingresos de 2010”. Esperamos que la misma sea una aceptación sincera de los errores cometidos, y no un intento de modificación ad hoc de los ingresos de 2010 para intentar salvar las contradicciones señaladas en el párrafo anterior que ponen en evidencia las inconsistencias en las mediciones de pobreza de OSDA.
Por último, pero no menos importante, Salvia presenta al CESO como un centro “oficial” (Perfil 7/5/15) mientras dice que OSDA “no tiene compromiso con ningún grupo económico, poder político, fuente de financiamiento ni gobierno”. Sin embargo, mientras que el CESO es una cooperativa de profesionales independiente del gobierno, OSDA presenta vinculaciones con grupos económicos, políticos y mediáticos. Así, entre sus patrocinadores se encuentra la Fundación La Nación perteneciente al multimedio opositor, recibe apoyo de varios organismos del gobierno de Santa Fe y de la Ciudad de Buenos Aires, y del Observatorio Social del diputado del PRO, Eduardo Amadeo, entre otros.
Pero el asunto no es que OSDA presente esas vinculaciones, sino la sospecha de que manipula las estadísticas de pobreza en función de las mismas. Desde el CESO, y más allá del posicionamiento político de sus integrantes, creemos que la información estadística objetiva debe sobreponerse a los intereses políticos y económicos coyunturales. Mucho más cuando se trata de estadísticas que buscan reflejar la situación social de los menos favorecidos. Ello se ve reflejado en nuestros informes donde se presenta tanto la importante baja en el porcentaje de pobreza alcanzado en los últimos doce años (de aproximadamente 30 puntos porcentuales), como el incremento en la pobreza del 2,2 puntos porcentuales entre 2013 y 2014.
* Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
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