Dom 02.10.2016
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DEBATE › ECONOMíAS POPULARES

En tiempos liberales

› Por Ariel Ricardo Miño *

Desde que la Alianza Cambiemos está en el gobierno y a partir de la política económica que lleva adelante denominada “Sinceramiento de Precios” se ha tenido como resultado aumentos sostenidos de varios productos de la canasta básica de alimentos, perjudicando el salario real de los consumidores y beneficiando a los grandes grupos concentrados y a las grandes cadenas de hipermercados. Con la devaluación y un ineficaz control por parte del Estado en cuestión de precios se presentó un escenario ideal para los especuladores de siempre: los grupos que monopolizan la producción y las grandes cadenas de hipermercados que manipular el abastecimiento y la fijación de precios.

Ante estas problemáticas, se puede pensar iniciativas que conllevan organizaciones y actores de la Economía Popular y Solidaria proponiendo diferentes formas de organización para el consumo. Si bien estas iniciativas se remontan a experiencias con las primeras ferias francas, durante los últimos años, en distintos lugares del país, se desarrollaron mercados populares y redes de comercialización solidaria con el objetivo común de reducir la cantidad de intermediarios entre consumidores y productores garantizando un precio justo.

La idea es llegar a los consumidores a partir de la denominada economías barriales, ferias, mercados populares con productos de cooperativas, compras comunitarias. Se sabe que el sistema económico se integrará por las formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria.

Una economía popular y solidaria se debe regular de acuerdo con la ley e incluye a los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios. ¿Quiénes conforman este tercer sector de la economía llamada economía popular? La economía popular es el conjunto de actividades económicas y prácticas sociales desarrolladas por los sectores populares con miras a garantizar, a través de la utilización de su propia fuerza de trabajo y de los recursos disponibles, la satisfacción de las necesidades básicas, tanto materiales como inmateriales. La célula organizativa básica de la economía popular es la unidad doméstica (hogares), que incluye:

- Las familias y comunidades, que organizan su trabajo en función de sus necesidades, dando prioridad al trabajo para el autoconsumo.

- Las extensiones de la unidad doméstica, que incluye los micro-emprendimientos por cuenta propia, familiar o asociativa, que producen para la venta en el mercado.

Las formas de organización de la economía popular tienen como sentido la producción de bienes y servicios para el propio consumo o comercialización, la obtención de ingresos mediante el denominado circulo virtuoso económico, inversión, producción , empleo y consumo contribuye al desarrollo económico y por ende al bienestar. Aunque no se encuentra aislada de las lógicas del mercado, la economía popular y solidaria se desarrolla bajo otras prácticas y otros valores convirtiéndose cada vez más en una alternativa de consumo donde día a día las familias comienzan a reemplazar aquellos productos de consumo cotidiano que antes adquirían en el supermercado por las producciones que les acercan las distribuidoras o bien a través de las ferias y economías barriales.

Es una alternativa de desarrollo y transformación capaz de autosostenerse y autodesarrollarse. Las denominadas “economías barriales” pueden construirse a partir de la matriz de alianzas socioeconómicas populares dinámicas, teniendo como desafío asumir un rol activo, apostando con no generar trabajo de explotación, sino uno que contemple valores cooperativos y solidarios.

* Magister Administración Pública, posgrados Gestión y Control de Políticas Públicas, Desarrollo Local y Economía Social (Flacso).

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