Parecía imposible pero ahora es el escenario más probable. En el directorio del Banco Central creen que las reservas podrían llegar a 47.000 millones de dólares hacia finales de año. En la autoridad monetaria están entusiasmados con que ésa será una de las mejores noticias que brindará la Argentina en el 2007. Néstor Kirchner quiere ir por más, y ya indagó sobre la chance de alcanzar los 50.000 millones.

La fuerte liquidación de divisas por parte de las cerealeras causó sorpresa en el Central. Para este mes se aguardaba un ingreso de entre 65 y 70 millones de dólares diarios, pero en las últimas jornadas de la semana llegaron a duplicarse esos montos. En este contexto, el dólar mayorista cayó dos centavos en la última semana.

En ese panorama, los exportadores están adelantando las liquidaciones de divisas. Las compañías se mueven con la hipótesis de que la cotización del billete verde retrocederá a 3,05 pesos. Y que a la autoridad monetaria le costará volver a los 3,10 pesos. Aun con la ola de ventas de los últimos días, se prevé que el promedio de liquidación de mayo trepará a unos 80/85 millones diarios y a un nivel similar en junio. Se calcula que a lo largo del trimestre, la artillería de los exportadores alcanzará a 5000 millones de dólares.

Grandes operadores no descartan que el BC cambie de estrategia para morigerar la avalancha de dólares. Hay bancos que esperan una caída súbita, de manera de desincentivar las liquidaciones. En el Central se niegan a adelantar sus movimientos, pero la historia de los últimos años marca que la mesa de la autoridad monetaria prefiere defender la cotización del dólar como una clara señal hacia el resto de los actores económicos.

Desde la entidad conducida por Martín Redrado destacan que nueve de cada diez pesos emitidos para comprar las divisas se están esterilizando mediante la emisión de Letras y Notas. El stock de deuda ya superó los 50.000 millones de pesos y aseguran que la estrategia de acumulación de reservas disminuye la probabilidad de un ataque especulativo. Los funcionarios descartan, a la vez, un impacto inflacionario. Argumentan que la actual liquidez del sistema financiero le permite al Central colocar deuda sin que haya una presión al alza de las tasas de interés. Y que la actual dinámica inflacionaria está vinculada al fuerte crecimiento de la economía más que por la defensa de un tipo de cambio alto.

Este marco favorable no impidió que en Reconquista 266 tomaran nota del malhumor que despertó entre importantes fondos de inversión internacionales la revisión a la baja de la Canasta Básica de Alimentos elaborada por el Indec. Desde ese momento se sucedieron los llamados desde Wall Street para saber si el Gobierno revisará también el índice de precios al consumidor. Mientras tanto, en las últimas horas se notó una incipiente salida de capitales, que hizo retroceder el valor de los bonos.

En los despachos oficiales descuentan que esa fuga será acotada porque a los inversores les resultan muy rentable los títulos de deuda argentinos. Saben que a los financistas no les cambia el escenario uno o dos puntos menos de ganancia anual teniendo en cuenta que la Argentina mantiene una fortaleza fiscal, que está asentado en los buenos precios de los commodities y en el mayor nivel de exportaciones.