Dom 19.07.2015
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ESCENARIO › IDEOLOGíA Y POLíTICA

Usinas neoliberales

› Por Diego Rubinzal

El Coloquio Walter Lippmann fue un remoto antecedente de los diversos foros neoliberales que se multiplicaron con el paso del tiempo a escala global. Esa cumbre reunió en territorio francés, en 1938, a un conjunto de “notables” intelectuales liberales norteamericanos y europeos (Raymond Aron, Louis Baudin, Walter Eucken, Friedrich Hayek, Ludwin von Mises, entre otros). Uno de ellos, Walter Eucken, sería designado asesor económico del Canciller democristiano alemán en 1949. Eucken era un caracterizado integrante del “Círculo de Fridurgo”, como Von Mises y Hayek, que sintetizó los lineamientos teóricos neoliberales en el denominado Manifiesto Ordoliberal.

Luego, el libro Camino de servidumbre, de Hayek (publicado en 1944), se convirtió en el emblema de la campaña neoliberal contra cualquier tipo de regulación y/o intromisión estatal en los mercados. Tres años más tarde, Hayek, Milton Friedman, Karl Popper, Ludwig von Mises, Lionel Robbins, Walter Lippman, Michael Polanyi, Salvador de Madariaga y Walter Eucken, entre otros, conformarían la Sociedad de Mont Pelerin. Esa usina de pensamiento sostenía que el intervencionismo estatal amenazaba no sólo a la libertad económica, sino también a la libertad política.

Los integrantes de la Sociedad de Mont Pelerin se dieron cuenta de la importancia de la batalla cultural. Milton Friedman decía que “sólo una crisis –real o percibida– da lugar a un cambio verdadero. Cuando esta crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelve políticamente inevitable”.

Los neoliberales acusaban de todos los males a la tríada: “igualitarismo” socialdemócrata, excesivo poder sindical e insostenible nivel de gasto público. Los discípulos de Milton Friedman entrarían en acción en la dictadura pinochetista. El programa de los “Chicago Boys” (reducción de aranceles, privatizaciones, “enfoque monetario de la balanza de pagos”, desregulación del mercado de trabajo) provocó una intensa crisis económico-social. En el bienio 1982-1983, la actividad económica chilena retrocedió un 14 por ciento. El resto de lo que pasó en Argentina y América latina es historia reciente y conocida.

Los think-tanks neoliberales se mantienen muy activos desde entonces. El listado de instituciones que desarrolla sus actividades en la Argentina es muy amplio: Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Fundación Mediterránea, Centro de Estudios Macroeconómicos Argentino (CEMA), Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, Fundación Libertad, Instituto para el Desarrollo Social Argentina (Idesa), entre otras. En la mayoría de los casos, se presentan como instituciones técnicas desprovistas de intereses particulares. Conrad Waligorsky decía que “los economistas se inmiscuyen habitualmente en teoría política, enmascarando juicios normativos con análisis aparentemente objetivos”.

En ese sentido, los integrantes de esos centros de estudios y fundaciones no hacen otra cosa que disfrazar su ideología de “conocimiento”. Por ejemplo, Idesa se muestra como una institución dirigida “por un grupo de profesionales de vasto conocimiento en la formulación e implementación de políticas en áreas sociales, con experiencias concretas en áreas claves de la gestión pública del orden nacional y provincial, y con una larga trayectoria en la labor de asistencia técnica a organismos nacionales e internacionales del sector público y privado”. Es cierto. La larga trayectoria política menemista y aliancista de los personajes que componen su directorio es algo para destacar. Lástima que cuando hablan de sus “logros” no mencionen en el marco de que “gobiernos” los obtuvieron”. “Los dueños de tan vastos curriculum son Osvaldo Giordano (presidente de Idesa) y Jorge Colina (jefe de Investigaciones de Idesa). Ambos funcionarios en las administraciones de Carlos Menem y Fernando de la Rúa y, por si fuera poco, asesores personales del ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, al ocupar éste funciones públicas durante el menemato y el aliancismo”, sostiene la investigadora del Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (Oetec) Belén Ennis en “Idesa: recetas económicas para volver a la pizza y al champagne”.

La libertad de opinión irrestricta es un valor a defender y resguardar en una sociedad democrática. Sin perjuicio de eso, vale recordar la trayectoria de algunos “especialistas” que opinan como si no tuvieran pasado.

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