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Frente a la imparable suba del crudo, en los distintos países se han comenzado a discutir estrategias para enfrentar el desafío de un barril de 50 dólares. Una de las situaciones más críticas de la región se encuentra en Perú. La petrolera estatal PetroPerú no tiene pozos de petróleo y se dedica a refinar crudo para producir sus derivados. La empresa compra el 50 por ciento del crudo en el mercado internacional y el otro 50 por ciento a productoras que operan en el país, como Repsol. El presidente de Petroperú reclamó que se declare la emergencia en el mercado interno de combustibles y se aplique un impuesto a las exportaciones de crudo nacional, pero hasta el momento el gobierno de Alejandro Toledo se limitó a reducir el impuesto a los combustibles.
En Paraguay también se decidió reducir el impuesto a los combustibles para evitar una suba del gasoil. Así el impuesto que iba al fisco quedará ahora para la estatal Petróleos Paraguayos a fin de compensarla por las pérdidas que sufre a raíz del aumento del crudo.
En México los especialistas le reclaman al Gobierno que considere dentro del presupuesto que, en caso de que se registren excedentes petroleros, estos recursos sean destinados a la reinversión en Petróleos Mexicanos (Pemex), para disminuir la balanza deficitaria que registra la empresa estatal en gas natural, gasolina y petroquímicos.
Otro ejemplo lo constituye España: antes de fin de año se presentará una revisión del Plan de Fomento de Energías Renovables 2000-2010, con la intención de aumentar el peso específico de las energías eólica y solar, al mismo tiempo que se busca desincentivar el uso del automóvil para disminuir el consumo per capita de combustible.
En Estados Unidos el gobierno elevó un plan energético al Congreso para intentar disminuir el impacto de la suba de los combustibles, pero el presidente Bush aseguró que no utilizarán las reservas subterráneas que poseen en el Golfo de México y que actualmente suman el equivalente a 665 millones de barriles.