“El 1º de marzo, cuando dimos los resultados del último trimestre de 2001, ya advertimos que el impacto de la devaluación para nuestra empresa iba a significar pérdidas por 2180 millones de pesos. Ese cálculo era a un dólar de 2,10. Ahora la situación empeoró. Es difícil planear algo dentro de un escenario tan imprevisible. La empresa está en una etapa de incertidumbre. La morosidad se disparó en los últimos meses. Pero estamos tratando de evitar los cortes en la medida de lo posible. La única inversión que tenemos programada para este año es para asegurar el mantenimiento de la calidad. Es impensable hacer planes de expansión. El plan de inversiones previsto se suspendió. Este escenario no apareció ahora, hace tres años que venimos sufriéndolo. Y se fueron ajustando las expectativas a esta situación. La empresa intentará trasladar la devaluación a las tarifas en la menor medida posible. Pero eso depende de decisiones del Gobierno y de la situación económica general. La devaluación va a generar un atraso tecnológico concreto en los próximos años.”