OPINION
“¿Hay lugar para la política social?”
ESTRATEGIAS ALTERNATIVAS ANTE LA CRISIS
La articulación entre la política económica y la social no es lineal. Dicha temática se enmarcó en las polémicas iniciadas en la última década en distintos países de América latina, derivadas de la aplicación de políticas económicas de matriz neoliberal, que impulsadas por el imperio de los organismos multinacionales, condujeron a una tendencia de evaporación de las funciones del Estado, acompañando de un proceso de ajuste estructural y apertura externa. Se registraron fuertes efectos sociales que se tradujeron en incrementos en los indicadores del desempleo y todas las circunstancias que emergen de la extensión del espacio social de la pobreza. Los enfoques que rigieron de forma hegemónica tuvieron considerables consecuencias en el diseño e instrumentación de las políticas sociales, una de ellas fue el reconocimiento explícito de la reducción de todo tipo de recursos gubernamentales destinados al combate de la pobreza. Desde los organismos multinacionales de crédito se establecieron básicamente las siguientes estrategias de acción:
-Descentralización y desconcentración operativa de los organismos gubernamentales encargados de llevar a cabo los programas sociales.
-Traslado de funciones estatales a ciertos organismos relativamente autónomos.
-Focalización de las acciones a los grupos sociales que se encuentran en mayores riesgos, esperando que se produzca un efecto demostrativo en otras zonas sociales.
Frente a estos argumentos, aparecieron posturas que desde el recuerdo y la nostalgia de las tareas que realizaba el Estado llamado Benefactor sostenían la importancia de:
-Concentrar las funciones de control de la acción social en pocos órganos públicos.
-Reconstruir las funciones del Estado, tal y como se lo reconocía hasta la década de los ochenta.
-Diseñar políticas que abarquen el universo social de los excluidos.
En la Argentina de hoy, altamente estropeada por los experimentos del mercado, se han producido intensos cambios. El actual vacío que despliega en el formato del Estado-nación ahora no puede ser sustituido con la ficción de una vuelta a un pasado imposible de recuperar. Tampoco puede ser reemplazado desde una supuesta lógica racional de eficiencia que emana desde organismos supranacionales que elaboran simplificadas recetas que desconocen las peculiaridades del caso a resolver.
Hay originales bordes y amplios márgenes para explorar, desde una óptica alternativa, posibilidades de diseñar y concretar una estrategia social “inclusiva”, con intenso impacto en el aparato productivo y estrechamente articulada con la política social. Las búsquedas deben tomar otros caminos.
Nota madre
Subnotas
-
“¿Hay lugar para la política social?”