¿Qué modelo de país se va delineando con la mitad de la población por debajo de la línea de pobreza?
–Sin duda los argentinos nos vamos alejando de la sociedad moderna que fuimos. Ya antes del corralito y la devaluación, se habían devaluado los salarios, se habían destruido millones de empleos y se habían reducido fuertemente los precios de los activos. Estamos en otro país y el modelo económico que se está diseñando está en los antípodas de lo que fuimos.
¿Cómo va a ser ese modelo económico?
–La recesión y luego la devaluación redujeron los salarios a la cuarta parte de lo que eran. Es un dato que indica que, si esta situación persiste, va a haber una especialización productiva basada en bajos salarios: similar a Vietnam o a la China. Con este tipo de cambio y este nivel de ingresos, la Argentina se va a convertir en una plaza atractiva para exportar. Este plan es funcional a los intereses del FMI.
¿Por el abultado saldo comercial que genera?
–Claro, con este nivel de pobreza, el país va a exportar mucho e importar muy poco. Así va a generar el saldo de divisas necesario para pagar la deuda. Pero ése es un destino que no garantiza la integración nacional. Las empresas vendrían a invertir, pero con la condición de mantener salarios bajos. Además, el perfil exportador nacional, que se basa en la venta de commodities, no genera empleo en cantidad suficiente para bajar los índices de desocupación insostenibles que estamos padeciendo. Es difícil que la sociedad acepte el modelo que le quieren imponer. Lo de los asiáticos es distinto.
¿Por qué?
–Porque vienen de sociedades casi feudales. Para ellos este proceso de industrialización, a pesar de los bajos salarios, es un progreso. la Argentina, por el contrario, viene de décadas de clase media educada y con un nivel de vida aceptable.