¿Cuál es la preocupación del Gobierno hoy?

–Nuestra preocupación central sigue siendo la distribución del ingreso. El factor crítico es la recuperación de los niveles de ocupación. Otro elemento es convertir en presupuesto garantizado los gastos en emergencia social y apoyar las economías regionales, donde también hubo concentración.

¿Qué políticas son necesarias para redistribuir el ingreso?

–La recomposición salarial contribuye a modificar la distribución del ingreso. Pero hay mucha heterogeneidad entre los sectores. Un aumento salarial uniforme contribuiría a la concentración del sector. Otro aspecto se refiere al sistema tributario. En la actualidad hay una alta recaudación, menos evasión y una canalización de recursos hacia los sectores más vulnerables.

Pero se sigue gravando más a los que menos tienen.

–Hay que encarar procesos de transformación tributaria importantes. Hay que pensar en la relación entre los impuestos que gravan la riqueza y los que gravan el consumo.

¿Los planes de emergencia alcanzan para resolver el problema de la distribución del ingreso?

–Cuando uno enfrenta situaciones de vulnerabilidad social, no hay otra salida. Hubiera sido deseable instrumentar programas que implicaran contraprestación. En la Argentina se confunde competitividad con flexibilidad laboral. Debemos plantearnos como objetivo explícito la ocupación y distribución del ingreso. Para ello, también es necesario facilitar los procesos de integración de las pequeñas y microempresas para que se blanqueen en su conjunto y venzan la resistencia que les generó años de desaliento, producto del atraso cambiario.