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“Una solución a la boliviana”

Ricardo De Dicco - Investigador del Idicso-USAL

“La necesidad de seguir el camino que indica Bolivia surge de los números. En sus 70 años de existencia la petrolera estatal YPF obtuvo el 95 por ciento de las reservas de hidrocarburos del país. En cambio, si se toman los datos de la gestión pública durante los ’80 y se comparan con los de 1999-2005 de la gestión privada, se observa, de acuerdo a la información de la Secretaría de Energía, que mientras en el primer período se realizó un promedio anual de 117 pozos exploratorios, en el segundo el promedio fue de apenas 26. Mientras tanto, los balances de Repsol muestran que la empresa consiguió en Argentina, entre 1999 y 2004, resultados operativos por casi 12 mil millones de euros. El control del Estado sobre la operatoria de las petroleras sigue limitándose a recibir las declaraciones juradas sobre lo extraído en boca de pozo, sin que existan, por ejemplo, simples medidores fiscales. La llamada ‘transparentización’ de las reservas, con una disminución del 25 por ciento realizada por una de las compañías siembra dudas sobre el carácter fidedigno de la información brindada por el sector privado. Dicho sea de paso, la disminución de las reservas globales es hoy uno de los peores resultados del modelo de los ’90 que, al menos en el área energética, sigue en pie. Actualmente el horizonte de reserva para el gas, por ejemplo, bajó a menos de 9 años. Estos datos deberían ser suficientes para una solución como la boliviana. Este es el momento más apropiado para que Argentina y Bolivia actúen en conjunto.”

“La resistencia de las empresas”

Felix Herrero - Economista del grupo Moreno

“Bolivia no sólo ha demostrado lo que se puede hacer, sino lo que se debería hacer. Y le va a ir muy bien. Si finalmente consigue retener el 82 por ciento de su renta petrolera estará todavía por debajo del 87 por ciento de Venezuela, pero muy arriba del 38 que hoy consigue Argentina. En el país las condiciones económicas son óptimas para iniciar una reestructuración de esta naturaleza. Hay superávit, no hay restricción externa a la vista, ni dependencia con el FMI. El único problema es la capacidad de resistencia de las empresas, a la que debe oponerse la decisión política. Las reacciones de algunos socios comerciales seguramente no serán favorables, pero el dato no es nuevo. (El presidente estadounidense Walter Delano) Roosevelt se quejó cuando México nacionalizó y lo mismo hizo (John Fitzgerald) Kennedy frente a algunas acciones de Arturo Illia. Pero las herramientas jurídicas existen. En principio no se han respetado muchos elementos de la Ley de Hidrocarburos 17.319, que en su artículo 34 sostiene que ninguna compañía puede ser titular, ya sea en forma directa o indirecta, de más de 5 concesiones de explotación frente a las 86 que posee Repsol. Algunas concesiones fueron ilegalmente prorrogadas, no se cumplieron inversiones y el agotamiento de muchas explotaciones sin reinversión supone una explotación irracional que debe ser investigada. Y, como lo demostró Bolivia, también se puede invocar el Pacto de los Derechos Económicos y Culturales de la ONU de 1966, que establece para las naciones la libre disposición de sus riquezas y recursos naturales.”