Domingo, 18 de marzo de 2007 | Hoy
“A poco más de cinco años de la devaluación de la moneda local, el mantenimiento de un dólar caro ha dado ciertos resultados incuestionables. Se ubican entre ellos un notable incremento de la construcción, la producción industrial y la agropecuaria. Es en este marco general que suele llamar la atención el significativo crecimiento de la actividad económica en el interior del país. Sin duda se debe al propio desempeño, pero sobre todo resalta por su contraste con la década de los noventa. Numerosas regiones, que en los noventa llegaron a ser calificadas como inviables dentro del discurso liberal (y que soportaban la pesada carga de la sobrevaluación) hoy muestran un crecimiento sostenido. En el período 2002-2006 se dio un sostenido crecimiento de la industria y de la actividad agropecuaria, que mostraron en ese lapso un incremento real del 52,4 y 19,3 por ciento, respectivamente (a precios constantes de 1993). Se trata de actividades mucho más repartidas regionalmente que aquellas que mostraban su mayor dinamismo en los noventa. Por ello no es errado asociar los pilares de la actual política económica con los resultados regionales observados. El crecimiento de la actividad económica, por su parte, ha mostrado al menos hasta el momento una buena capacidad para generar puestos de trabajo, reduciendo considerablemente la desocupación. El fuerte dinamismo mostrado por la economía local no debe anular, sin embargo, un necesario debate acerca del esquema de desarrollo.”
“Al analizar la evolución de las distintas economías provinciales es factible advertir el impacto derivado de la salida de la convertibilidad. El incremento de la competitividad por precio y el contexto internacional favorable (incremento del precio de commodities y abundancia de liquidez) han impulsado un fuerte crecimiento en las economías provinciales basadas en la producción de bienes primarios. En tanto, la distorsión de precios relativos y el efecto proteccionista generado por la variación de la paridad cambiaria propiciaron un fuerte estímulo para algunas economías provinciales que, contando con aparatos productivos más complejos, presentan una mayor inserción internacional y capacidades para producir bienes previamente importados. En particular, la política comercial implementada a partir de 2002, basada en la imposición de derechos a las exportaciones, ha sido otro factor determinante en el desarrollo de las economías provinciales. Las mayores tasas de crecimiento se verifican en aquellas provincias donde la agricultura, la ganadería y la forestación juegan un rol central, entre ellas Chaco, La Pampa, Entre Ríos y Misiones forman parte de este grupo. Las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Tucumán –con mayor inserción internacional basada en la exportación de bienes industriales y con mayor capacidad de sustituir importaciones– presentan tasas de crecimiento similares a las del país en su conjunto.”
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