Un dato interesante que surge de la radiografía del consumo actual de los hogares es que su reactivación fue más fuerte en el interior del país que en Capital y Gran Buenos Aires. Tomando como ejemplo la canasta más grande, la de “Food empaquetados” (ver nota) y como punto de partida el 2001, en 2006 el crecimiento del consumo para el total del país fue del 89 por ciento, del 102 por ciento para el interior y del 77 por ciento para el área metropolitana. Esta diferencia en la fuerza de la demanda puede resultar útil a la hora de interpretar el diferencial de inflación, más allá de la concentración metropolitana en los controles de precios. Pero principalmente es una muestra indubitable del efecto del cambio de modelo sobre la reactivación de las economías regionales. Adicionalmente, cuando el desglose del consumo se hace por ciudades, parece haber una preeminencia de las ciudades patagónicas. Al tope del ranking para el período 2003-2006 se encuentran dos de las poblaciones del núcleo urbano extendido del Alto Valle del Río Negro, Cipolletti (92 por ciento) y General Roca (85), de cerca las siguen Río Gallegos, Trelew, Puerto Madryn, Ushuaia y Río Grande. No obstante, el consumo crece fuerte en las ciudades de casi todas las regiones, desde Concordia (79 por ciento) a Junín, Venado Tuerto, San Luis, San Juan, Rosario y Santa Rosa, entre otras.