¿La devaluación alcanza para explicar la caída del salario?
–La caída del salario real es una consecuencia de la devaluación y del alto desempleo, porque en otros períodos tuvimos aumentos de precios más altos y la caída fue inferior. El problema central ahora es que la posibilidad de los trabajadores para negociar aumentos es nula debido al inédito nivel de desocupación. Cada punto que aumenta la inflación es un punto menos de poder adquisitivo.
¿La situación puede seguir empeorando?
–La destrucción de empleo se va a frenar porque la recesión llegó a un piso. La razón principal es la fuerte caída del costo laboral. Si se pondera el peso de cada sector en el empleo total, la caída promedio ha sido del 30 por ciento.
¿Una reactivación industrial podría beneficiar a los trabajadores?
–Es muy difícil, porque la industria no ocupa más del 15 por ciento de la fuerza de trabajo. Lo decisivo es lo que pase en los sectores no transables y ahí no va a haber un crecimiento significativo que revierta la situación ocupacional en lo inmediato.
¿Los aumentos no remunerativos pueden impulsar una suba del salario real?
–La principal limitación es que están restringidos a los trabajadores en blanco en un momento en el que el empleo formal se reduce y el informal se precariza cada vez más. Los trabajadores estables en negro están pasado a ser intermitentes. Estos nuevos empleos son de bajísima productividad y hoy representan a más del 22 por ciento de la población activa.