El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, analizó en una entrevista con Cash los alcances del debate mundial sobre la producción de alimentos, brindó detalles sobre el PEA 2020 y abogó por una mayor participación de las cooperativas en el comercio de granos.

¿Cuál es el escenario internacional para los commodities en los próximos años?

–El primer dato importante es que el G-20 incluyó en su agenda el tema de la producción de alimentos y esto constituye toda una señal de cara a futuro. En el seno del G-20 se debatió el impacto de la volatilidad de los precios de los alimentos, como un obstáculo para el consumo. En ese sentido, la posición de la Argentina es que el problema del hambre es un tema que involucra la mejora en la distribución de la riqueza. La volatilidad de los precios tiene como principal antecedente la especulación financiera, donde los mercados a futuro entran en tensión con los mercados disponibles. Una de las respuestas a este escenario es aumentar la producción, pero los países desarrollados no quieren hablar de este tema, porque en su mayoría están atados a la opinión de los grupos ecologistas, que no quieren saber nada con los alimentos genéticamente modificados. La mayor producción de alimentos requiere asumir determinados compromisos.

Los subsidios que aplica Europa para favorecer a sus productores, ¿son una traba para una mayor producción?

–Ellos tienen una limitación cultural, nuestros productores son mucho más productivos que los del resto del planeta y en particular de los de Europa. Entendemos que una de las razones de la volatilidad es el freno de la producción, ya que los subsidios que se aplican funcionan como una barrera paraancelaria que inciden en las proyecciones de producción de los países que somos proveedores de alimentos.

¿Cómo hará Argentina para alcanzar las 157 millones de toneladas dentro de diez años?

–Con un mayor uso de la tecnología disponible. Hoy podemos sembrar distintos cultivos en zonas áridas. Esta es otra discusión que debemos dar: si aceptamos o no los alimentos modificados genéticamente.

¿Sigue en pie el proyecto para que las cooperativas participen del 30 por ciento de la exportación de granos?

–Actualmente hay 1200 cooperativas y esperamos llevarlas a 2000, con programas de asistencia financiera, créditos blandos. Queremos que tengan una mayor participación en el comercio de granos. La rentabilidad del sector debe ser manejada por los argentinos y no exclusivamente por las multinacionales. Esto se logra asignándoles cupos de exportación. Tenemos que generar las condiciones para que las cooperativas participen cada vez más del comercio de granos.

Usted señaló que la ley que pretende regular la tenencia de la tierra en manos extranjeras podría contribuir al incremento de la producción de alimentos. ¿De qué manera?

–(Nicolas) Sarkozy (presidente de Francia) dijo que la demanda mundial de tierras es igual a toda la superficie de Francia. En este sentido, querer llevar la producción de 100 a 160 millones de toneladas supondrá una presión extra sobre este recurso, por eso debemos apostar para que sea administrado de la mejor manera posible. Debemos ser muy precisos en quién debe tener la tierra, siempre con el objetivo de proyectar una mayor producción.

En este sentido, ¿no cree que dentro del PEA deberían incluirse otros proyectos de ley, como la del uso sustentable del suelo o una ley de semillas?

–Hay que dejar abierta la posibilidad de discutir la agenda parlamentaria