¿El Plan Jefes de Hogar puede favorecer la reinserción laboral de los desocupados?
–El plan alivia la pobreza, pero no es una buena herramienta de inserción laboral. Un buen programa debe aumentar la productividad del desocupado e incentivarlo a la búsqueda activa de empleo. Estas características no están presentes en el plan.
Pero se contempla como contraprestación el trabajo en empresas privadas.
–En esos casos, resulta crucial que el Estado pueda controlar que no se reemplace mano de obra existente con trabajadores subsidiados, o se declare incorporar a un trabajador que ya se desempeñaba informalmente. En ese caso, gran parte de la transferencia es capturada por la empresa y no tiene ningún efecto sobre el empleo. Si se instrumentan mecanismos para evitar estos problemas la alternativa puede ser válida.
¿Qué opina sobre la posibilidad de aumentar el subsidio para reducir la pobreza?
–Un aumento del subsidio puede reducir la pobreza, pero deben pesarse muchos argumentos. Uno muy importante es el de la equidad social. Si el monto se fija por encima de un salario mínimo de mercado, los incentivos a trabajar se reducen y el desempleo puede aumentar. Además, el subsidio podría implicar una carga fiscal insostenible. La inflación y las crisis económicas por sobreendeudamiento, ambas generadas por el déficit fiscal, atentan sobre todo contra el nivel de vida de las familias más carenciadas.