El Hegemón malevolente
El Banco de Acuerdos de Basilea (formado por las bancas centrales de los países desarrollados) organizó un seminario a fines de marzo, cuyo leitmotiv fue el siguiente: hace 20 años decidimos que había que terminar con la inflación mediante una política monetaria restrictiva. En ese contexto era importante la independencia de los bancos centrales. Y bien: la inflación desapareció, pero hemos sufrido más crisis financieras que antes, y es evidente que la política monetaria debería plantearse metas más complejas. El dilema es gravísimo: ahora hay que conseguir que las economías se expandan.
La otra parte del tema es EE.UU.: están llenos de aparatitos ingeniosísimos y de ganas de pelearse con todo el mundo, pero viven de prestado. ¿Cuánto podrán seguir así? La inversión extranjera directa en EE.UU. cayó de manera estrepitosa. Nadie compra más sus empresas. Sí títulos del Tesoro, adquiridos por los países que quieren impedir la revaluación de sus monedas contra el dólar. De esta forma cubre EE.UU. su déficit, pero esto no tiene mucho futuro. Por más inquietud imperial que abriguen estos muchachos, ¿cuánto más podrán hacer? Es muy peculiar que el país centro tenga esta situación.
Aquí O’Connell citó a Jagdish Bhagwati con su definición de Estados Unidos como un “Hegemón malevolente”, que incurre en proteccionismo, impulsa el disparate del bilateralismo en las tratativas comerciales e impone acuerdos a ciertos países bajo presión.
Nota madre
Subnotas