“El patrón de especialización de la economía argentina está asociado a un conjunto de exportaciones que tienen que ver con la canasta básica. A eso se le agregaron en los últimos años recursos energéticos e insumos intermedios, como aluminio, acero, pasta de papel, petroquímicos y otros. Como son commodities, sus precios están atados a los internacionales y con la devaluación se dispararon. Las retenciones a las exportaciones servirían para atenuar el impacto de la devaluación en los precios internos. Y también para guiar la economía hacia la producción de bienes de mayor valor agregado. Si se gravan las exportaciones de cuero y no las de zapatos, se impulsa la producción de manufacturas. La sustitución de importaciones bajará los precios, pero será lenta. Primero vendrá la sustitución de bienes de los que existe oferta, como envasar tomates. Luego, en una segunda etapa, que puede tardar un año, será el turno de algunas industrias no muy complejas, como la inyección de aluminio para partes de autos y materiales de construcción. La última etapa, la más difícil, es ir hacia la elaboración de bienes diferenciados, con diseños propios y de mayor calidad.”