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Martes, 27 de enero de 2009

TEATRO › ALEJANDRO MACI Y SU PUESTA DE LA VUELTA AL HOGAR

“Pinter siempre perturba”

El guionista de Lalola y Los exitosos Pell$ dirige en el Multiteatro una obra de Harold Pinter que en su estreno, 41 años atrás, sufrió el embate de la censura: “En su momento debió haber resultado exasperante. Incluso hoy sigue siendo punzante”.

 Por Cecilia Hopkins

“Las obras de Pinter parecen un sueño desoñado, o un sueño vuelto real”, dice el director y guionista Alejandro Maci, que acaba de estrenar en el Multiteatro (Corrientes 1283) La vuelta al hogar, de Pinter, con un elenco integrado por Arturo Puig, Fabián Vena, Osvaldo Santoro, Agustina Lecouna, Lautaro Delgado y Rafael Ferro. “Es una historia sobre las pasiones familiares, y siempre es interesante todo lo que se genera en la sociedad microscópica que se articula en una familia”, dice el director, que abordó el año anterior la misma temática en Cara de fuego, de Marius Von Mayenburg. Con esta puesta (que cuenta con iluminación y escenografía de Gonzalo Córdova y Emilio Basaldúa), La vuelta... retorna a la cartelera después de 41 años: la estrenó en 1967 Leopoldo Torre Nilsson en el Regina, aunque sólo pudo concretarse una función por haber sido objeto de censura. Recién pasados 5 años fue levantada su prohibición y así pudo ser reestrenada por el mismo Torre Nilsson, casi con el mismo elenco: Sergio Renán, Héctor Alterio, Osvaldo Terranova y Cipe Lincovsky, en vez de Julia von Grolman. Más tarde, Renán la dirigió, e interpretó el rol principal.

Tal vez más conocido como guionista de TV –Tumberos, Lalola y Los exitosos Pell$–, Maci está ligado al teatro y al cine desde hace años. Aunque sabía que no quería ser actor, mientras estudiaba Filosofía se interesó en seguir los cursos de actuación de Agustín Alezzo –lo hizo a lo largo de 10 años– además de involucrarse en la dirección de cine (en sus comienzos, junto a María Luisa Bemberg) y TV. “La obra transcurre en un barrio obrero del norte de Londres, en una familia de clase media baja de trabajadores ingleses –detalla–. Un barrio de choferes, carniceros y tratantes de blancas, personajes absolutamente palpables.” Para el director, el relato se estructura en el seno de una madriguera masculina, en la que habitan un padre, su hermano y dos hijos. Cuando el tercero de los hijos vuelve junto a su esposa, “ese mundo de hombres feroces liderado por el patriarca Max pone en marcha los peores mecanismos del desamor y la envidia”. La aparición de la mujer es, sin dudas, el detonante del drama: “Todo el relato vira y cobra sentido con la aparición de este personaje emblemático que resume todas las mujeres en una: es la mujer deseada del hijo mayor, es la madre muerta, es una puta. Ella provoca en los hombres una rivalidad y un resentimiento letal. Y a su manera, se apropia de la casa y de los vínculos”, relata Maci, a quien fascina la carnadura de los personajes, una de las características que más admira de la obra de Pinter. “El hijo que vuelve perteneció a ese mundo pero hizo carrera fuera del país, logró prestigio, cierta posición económica y tiene una mujer que lo ama. Pero su presencia en la casa exacerba los celos de esos hombres que viven como bestias asesinas”, detalla.

–¿Cuál es el rasgo que más le interesa de la dramaturgia de Pinter?

–Valoro que su obra tenga un anclaje social muy tangible. Y a la vez, que ponga en crisis los valores de lo real. Las historias se duplican como en espejo y se distorsionan. El espectador no sabe si lo que ve está sucediendo en verdad, porque se le plantean dudas permanentes. Aunque Pinter se encarga de situar muy concretamente todos los aspectos del relato. Hasta da nombres de calles. En sus obras hay un anclaje realista y luego una perturbación de lo real. Además, en su universo la memoria retorna de modo violento. Y esto pone en crisis la temporalidad del relato, lo cual sigue ocurriendo aun en obras posteriores a ésta, como Traición.

–¿Por qué cree que La vuelta... fue objeto de censura?

–En su momento debió haber resultado exasperante. Incluso hoy sigue siendo punzante. Es que todo irritaba a los militares y no sería difícil ofender al cerebro castrense. Supongo que el personaje de la mujer pudo haber sido una de las causas. En Pinter siempre hay un aspecto perverso y lo perturbador es peor que lo soez. También hay una crítica a la máscara de la pequeña burguesía. Tal vez ambas cosas.

–¿Cómo combina su trabajo de guionista de TV con la dirección teatral?

–Disfruto mucho escribir guiones. Es un trabajo íntimo y de puertas adentro, aunque lo haga en colaboración. En cambio, cuando dirijo trabajo con montones de personas. Pero de una actividad aprendo para trabajar en la otra.

–¿En qué influye un autor como Pinter en sus guiones?

–La primera lectura que se hace de un guión mío siempre es la impronta argumental. Pero tanto Lalola como Los exitosos... son dos historias que, en una segunda lectura, hablan de otras cosas. En esos casos, de la identidad. Lo que se muestra y lo que se es, la convención, la manipulación del otro, forma parte de ambas historias.

–¿Prefiere escribir series diarias o miniseries?

–Las series diarias son un formato ligado a las sucesivas y permanentes crisis del país. Yo creo que lo más atrayente –para el guionista, el director y el público– es la miniserie. Porque se tiene un territorio narrativo que permite mayor elaboración y requiere menor demanda de audiencia. Una serie diaria debe incluir diferentes públicos y forma parte de la industria de la TV porque vive de ellas. En cambio, la miniserie da pérdida aunque puede dar prestigio, en el mejor de los casos.

–Habrá tenido momentos menos exitosos...

–Claro, otras veces no me fue tan bien. Cuando filmaba la adaptación de “Anillo de humo”, un cuento de Silvina Ocampo, en Mar del Plata, con Mirta Busnelli, Cristina Banegas, María Onetto y Vera Fogwill, me enteré del corralito. Pero esas cosas lo vuelven valiente a uno: faltaban pocos días de rodaje y los solventamos a nuestro costo. Tengo admiración por esa actitud de tantos que los impulsa a filmar o escribir contra viento y marea.

–¿Cuál es el proyecto que piensa priorizar este año?

–El origen de la historia, una película que espero hacer con Patagonik sobre un texto armado con Javier Daulte a lo largo de varios años. Tengo un gran cariño por ese material. Es una historia nocturna que sucede a partir de un desengaño amoroso: una mujer es abandonada por un hombre y en su desesperación por recuperarlo genera una hecatombe de la cual ella no se entera pero sí el espectador. Es una comedia negra y sangrienta que deseo ver consumada. Una deuda pendiente.

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Este año, Maci planea dirigir el film El origen de la historia, sobre un texto armado con Javier Daulte.
Imagen: Martín Acosta
 
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