Mar 22.06.2010
espectaculos

TEATRO › LA COMPAñíA FRANCESA THéâTRE D’ORES ET DEJA PRESENTA NUESTRO TERROR

Ultimos días de un jacobino

Su director, Sylvain Creuzevault, señala que la obra montada en su primera visita al país propone reflexionar sobre ciertos momentos de la historia de su país, desde los sucesos de la Revolución Francesa protagonizados por Robespierre hasta la rebelión de Mayo del ’68.

› Por Cecilia Hopkins

’Cuando el gobierno oprime al pueblo, la insurrección del pueblo entero y de cada porción del pueblo es un santo deber, cuando la garantía social no está dada a un ciudadano, éste tiene el derecho natural de defenderse él mismo.” Así pensaba Maximiliano Robespierre, el principal dirigente de la nueva república francesa, hacia fines del siglo XVIII. Basada en los últimos años del líder jacobino, Nuestro terror (Notre terreur) es una creación colectiva de la compañía Théâtre d’ores et deja, estrenada el año pasado en el Théâtre National de la Colline. Invitada por el Ministerio de Cultura Porteño, la troupe parisina visita Buenos Aires por primera vez, con el apoyo de la embajada de su país y Culturesfrance. Las seis únicas funciones –que cuentan con traducción simultánea– tienen lugar en el Buenos Aires Polo Circo (Av. Juan de Garay y Combate de los Pozos) hasta el próximo domingo.

Creada en 2002 por 4 jóvenes actores, hoy la compañía cuenta con 9 intérpretes y 6 técnicos. Su director es Sylvain Creuzevault, quien afirma en una entrevista con Página/12 que “el teatro es un espacio político y no estético”. Creuzevault explica que la última producción del grupo alienta una reflexión sobre ciertos momentos de la historia de su país que, aun en el presente, no son interpretados en profundidad, como los sucesos de la Revolución Francesa protagonizados por Robespierre y los de Mayo del ’68. En efecto, según el director, desde el comienzo de la década del ’80 hasta la actualidad, la izquierda y la derecha en su país han guardado similares actitudes, especialmente en el campo de lo social: “Tanto Mitterrand como Sarkozy tomaron caminos parecidos –afirma–; la izquierda no hizo nada por la inmigración ni por regularizar la situación de los indocumentados”. Y concluye: “Cuando la gente vota en Francia, sabe que va a consentir más que a elegir una opción”.

–¿Cómo es su concepción de lo teatral?

–Nuestro teatro se basa en creaciones colectivas; nunca usamos un texto preexistente. A lo largo de los ensayos va surgiendo la obra: tenemos la idea de que el actor es el creador. Nos gusta pensar que en vez de hacer funciones estamos ensayando frente al público. Para nosotros el teatro es un espacio político y social. También por ese motivo rechazamos las jerarquías entre actores, director y autor: queremos quebrar todas las relaciones jerárquicas de poder y funcionar de un modo más anárquico.

–¿Cuáles fueron las motivaciones para crear Nuestro terror?

–Este espectáculo nació de nuestra necesidad de contrariar la visión política que se tiene del Mayo del ’68, con la cual no estamos de acuerdo. A comienzos de los años ’80, los sucesos del Mayo Francés comenzaron a ser tomados como una simpática revuelta estudiantil. Se olvidaron de que fue un profundo movimiento con 9 millones de obreros en huelga.

–Pero en los ’80 estaba Mitterrand en el poder...

–Sí, pero tanto la izquierda como la derecha coincidieron con esa visión. Así que en 1989, en el Bicentenario de la Revolución Francesa, tuvimos un festejo descafeinado que celebró la igualdad política pero no la igualdad social.

–¿Por qué toman la figura de Robespierre?

–Robespierre es considerado el jefe del Terror y esto es falso. Es cierto que era un revolucionario más conocido que otros y con ideas más radicalizadas. Pero la democracia de hoy piensa que cuando somos convincentes siempre somos tiranos de la opinión. Y nosotros creemos que no es así.

–¿Cuáles son las ideas menos difundidas de Robespierre?

–Fue un hombre obsesionado por la soberanía popular. Pensaba que era posible organizar un estado que pudiese autolimitar su poder en nombre del amor a la república. Robespierre ponía mucho acento en el derecho que tenía el ciudadano a resistirse ante la opresión. Decía que “someter a formas legales la resistencia a la opresión es el último refinamiento de la tiranía”.

–Por lo visto, Robespierre ya hablaba de la judicialización de la protesta social. Su grupo fue invitado por las autoridades de esta ciudad. ¿Usted cree que ellos conocen el contenido de este espectáculo?

–Este es un espectáculo molesto que habla de cómo el poder se mancha con la corrupción. Pero no me asombra que nos invite el poder político, porque ellos son los que tienen la palabra. Es por eso que no tienen inconveniente en sostener un proyecto como éste. El poder político tiene la propiedad de la palabra sublevación y es el que dirige la historia oficial. Por esto mismo en Francia entierra lo que ocurrió en el ’68. Somos nosotros quienes tenemos que encontrar otras palabras para saber con qué discurso volver.

–¿A quiénes se refiere cuando dice “nosotros”?

–Me estoy refiriendo a una suerte de circulación sensible: no es un partido ni una suma de elementos homogéneos. Al contrario, este “nosotros” alude a grupos de pertenencia, gente independiente o asociaciones que no desean recrear un partido, como los del pasado o los de la actualidad.

* Nuestro terror podrá verse hasta el domingo en Buenos Aires Polo Circo, Juan de Garay y Combate de los Pozos. Las funciones serán a las 20, salvo el domingo, a las 18.30.

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