Crear sin censura. Esta sencilla aspiración revolucionaria del actor, teórico y director ruso Vsevolod Meyerhold (1874-1940) se convierte en núcleo de uno de los últimos trabajos de Eduardo “Tato” Pavlovsky. Con Variaciones Meyerhold, el autor de obras imprescindibles como Telarañas, Potestad, El señor Galíndez, Poroto y La muerte de Marguerite Duras, recompone la vida y el pensamiento del artista ruso, prometiendo a los espectadores que no habrá una función igual a otra. Su propuesta y la del equipo que lo acompaña consiste en “improvisar creativamente” cada noche de los viernes (a las 21) en la sala González Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), donde este trabajo se ha ofrecido en temporadas anteriores y con los mismos artistas: Pavlovsky como autor y actor, Susana Evans (actriz), Martín Pavlovsky (actor, músico, director y diseñador de sonido), Eduardo Misch (actor y asistente de dirección), Leandra Rodríguez (luces) y María Claudia Cure (vestuario). Este relato escénico de un “martirologio y crimen final” tiene como antecedente un texto de Pavlovsky, subtitulado Ritornelo melódico.

A modo de laboratorio de experiencias dramáticas, el actor convierte en presente acontecimientos del pasado. Entre otros episodios, alude a la realización del Congreso de Directores rusos, de 1939, y a la furia desatada entonces en contra de Meyerhold por no adherir al realismo socialista, estética que dominó durante el stalinismo; a la detención y tortura del director ruso, en junio de 1939; a su ejecución, y al asesinato de su mujer Zinaida Raich. Pionero del Octubre Teatral, Meyerhold organizó espectáculos de masa y brigadas de Agitprop, montajes de agitación política y otros renovadores, como los realizados en 1918 junto a Maiakovsky. Entusiasta del estilo musical y burlesco, adhirió al “juego de la biomecánica”, método que exige de los intérpretes gran dominio acrobático. En la última etapa de su actividad creadora se distanció de la línea oficial. Con temperamento innovador, introdujo en su teatro elementos de crítica social y otros de tinte psicologista. Fue proscripto: su teatro cerrado y él mismo tuvo escasas posibilidades de trabajo en otros ámbitos. Su nombre desapareció de los manuales de historia y otras publicaciones hasta que fue rehabilitado post mortem en noviembre de 1955.