¿Es posible concebir un musical sobre la apropiación de niños? Héctor Presa, desde 1978 al frente de La Galera Encantada, está convencido de que no hay límites para este género: bajo su conducción, un grupo de jóvenes intérpretes asumieron el desafío de llevar a escena su obra Cenizas quedan... siempre, una historia que transcurre durante la dictadura. “A pesar del tema, desde el juego se logra recrear la crueldad del relato”, dice Presa. El espectáculo –sábados y domingos en Teatro La Galera, Humboldt al 1500– fue producido en el marco de un proyecto conjunto entre Ricky Pashkus, director artístico de la Escuela de Comedia Musical de Julio Bocca, y el propio Presa, director de la Escuela de Comedia Musical que funciona en su sala de Palermo. Si bien la temática suele ser otra, hace 10 años que ambos artistas brindan a sus alumnos la oportunidad de afianzar su formación tomando parte de una experiencia profesional. “Ya pasaron por este proyecto unos 150 intérpretes, entre ellos, Diego Corán y Agustina Vera, quienes ya están instalados en el género”, observa el autor y director.

Presa integró en muy contadas oportunidades un elenco de teatro para adultos: ya a fines de los ’70 había decidido que los chicos eran sus espectadores ideales. Hoy presidente de Atina –Asociación Internacional de Teatro para Niños y Adolescentes– trabaja en el programa Patios de Recreo que, desde hace 4 años, plantea un teatro que refleje las nuevas problemáticas que, “como las primeras relaciones amorosas, la droga o el alcohol son considerados temas tabú en el teatro para jóvenes, pero son una forma de estimular el diálogo y la reflexión”, considera. “No creo que haya temas prohibidos para la comedia musical sino que hay que encontrar el modo de encararlos”, afirma el director. Esta puesta es la segunda versión de la obra que, en un registro clownesco, participó del ciclo 2007 de Teatroxlaidentidad. Aquí también hay padres desaparecidos, una niña entregada a otra familia y una abuela que efectúa la búsqueda. Pero: ¿cómo representar desde la comedia musical una desaparición? “En el marco del juego”, describe Presa. “El asesino de los padres usa varias armas: el arco y la flecha, primero, luego una pistola y una granada. Finalmente, se los lleva en bolsas de residuos, las cuales regresan solamente con su ropa”. Los intérpretes son Walter Walli Arroyo, Sol Marin, Sergio Gutiérrez, Lucila Iglesia Bavosi, Gabriela Fourcade, Gala Schneider, Myfanwy Spannaus y Belén Moras. La música es de Angel Mahler, la coreografía y el vestuario pertenecen a Mecha Fernández y Lali Lastra, respectivamente.

–¿Cómo deciden los temas a desarrollar?

–Año a año nos enfrentamos a la misma problemática: ¿qué vamos a contar esta vez? El género de la comedia musical alcanzó una excelencia interpretativa que no está al nivel de su dramaturgia. Así fue como tuve que ponerme yo a escribir los libros. Y como esta vez pensamos en tocar un tema profundo y con peso social decidimos hacer una versión de Cenizas...

–¿Qué música eligieron?

–Seleccionamos temas emblemáticos, como “Los dinosaurios” de Charly, “Como la cigarra” de María Elena Walsh, o “Todavía cantamos”, de Víctor Heredia y “Desapariciones”, de Rubén Blades. Durante los ensayos nos dimos cuenta que tomar esta obra para que la hagan los alumnos de la escuela también significaba contarles a ellos una historia que, por su juventud, no les es demasiado conocida.

–¿El espectáculo está previsto para todas las edades?

–Cenizas... está pensado para un público adulto, aunque pueden verla niños de 10 años en adelante, acompañados por sus padres. Sabemos que esta obra presenta escenas que tienen una visión más adulta que otras.