Lun 09.09.2013
espectaculos

TEATRO › ANA ALVARADO, GONZALO URTIZBEREA Y LA PUESTA DE ROTOS DE AMOR

Otra mirada sobre el macho

La obra, escrita por Rafael Bruza y estrenada en Mar del Plata en 2006, busca sacudirse ciertos lugares comunes sobre el retrato de lo masculino en un pieza que hace del humor un arma eficaz para reflexionar sobre “el absurdo de estar enamorado”.

› Por Cecilia Hopkins

Cuatro visitadores médicos que comparten la frustración de no convivir con las mujeres que aman deciden reunirse para hallar entre todos estrategias que les permitan imprimirles un nuevo rumbo a sus vidas. Rotos de amor, la obra escrita por el santafesino Rafael Bruza, estrenada en Mar del Plata en 2006 bajo la dirección de Suárez Marzal, tuvo ahora su estreno porteño con dirección de Ana Alvarado. La obra, que se ofrece los lunes en El Tinglado (Mario Bravo 948), “presenta a un grupo de hombres genéricos o indeterminados, como pasa en el teatro del absurdo, quienes intentan solucionar su propia existencia”, según define la propia Alvarado en la entrevista con Página/12. La acompaña Gonzalo Urtizberea, quien integra el elenco junto a Claudio Messina, Mario Vedoya y Guillermo Aragonés. El actor agrega: “Al tratar acerca del amor, la obra va hacia el absurdo... de estar enamorado”.

Actor y directora coinciden en que las razones por las cuales estos hombres se sienten fragmentados rozan el disparate: mientras que uno fue abandonado por la mujer a causa de sus ronquidos y otro sustituido por el profesor de tango de la esposa, está el viudo que continúa acarreando las cenizas de su mujer y el platónico enamorado que no quiere sufrir desilusiones, este último, el personaje de Urtizberea. “Se trata de una obra que desmitifica al machismo”, opina Alvarado, “desde la reunión de cuatro hombres que toman decisiones disparatadas y que por momentos se vuelven patéticos, todo para resolver una cuestión existencial.”

Según cuenta Urtizberea, el fruto de los ensayos es el resultado “de un proyecto surgido entre un grupo de actores amigos”, que fue a consultarle a Alvarado si quería dirigirlos. Y aunque en principio pensaron que ella iba a decir que no, ya que la obra no está dentro de la estética que suele frecuentar, Alvarado aceptó: “La comedia no es un género que haya hecho antes –admite la directora–, pero quería trabajar con actores, porque a veces me canso de mí misma”. Y subraya: “A la poética de los objetos siempre voy a volver”. La directora encuentra en Rotos... una obra que se distingue por tomar en forma humorística y a la vez melancólica el tema de la frustración masculina: “El teatro se ocupó de las mujeres de todas las edades, de las sexualidades diversas, pero del hombre heterosexual parecía haberse olvidado”. Considera, además, que “por su efectividad y lo bien escrita que está, esta obra me hace pensar en por qué, cuando se piensa en comedias que tengan una amplia convocatoria de público, se recurre siempre a autores de afuera”, concluye.

Con una larga trayectoria en teatro, cine y televisión (de su participación actoral rescata especialmente la recordada puesta de Juegos a la hora de la siesta y El viaje de Pedro afortunado), Urtizberea cree que Berlanguita, su personaje, el eterno enamorado a la distancia, tiene muchas características propias: “Es la persona que no quiere por nada del mundo estropear ni manchar una ilusión”.

–¿En qué temas usted cree actuar de ese modo?

–En referencia a la profesión, por ejemplo. Yo no desvalorizo ningún género de teatro ni tampoco ningún estilo de actuación. Por eso, nunca quise estar con los intelectuales.

–¿Cómo es eso?

–Un artista no puede formar parte de un club. Los que arman guetos se separan de la realidad y hacen daño. Porque son ellos, los que investigan, los transgresores, los que van a darle un crecimiento al teatro y, separándose así de todo, las posibilidades creativas se reducen.

–¿Cómo definiría esta obra?

A. A.: Es una comedia que tiene, a pesar de su humor, una cierta angustia. Y tiene un tono melancólico por cada una de las historias de amores fallidos que cuenta.

G. U.: Finalmente todos intentan una transformación para superar el fracaso.

A. A.: Y a sí mismos aceptando que ese estado en el que se encuentran es profundamente humano.

–¿Desde qué lugar la obra desmitifica al machismo?

A. A.: Rotos... reflexiona acerca de la masculinidad. Se podría pensar que los estereotipos del macho hacen fracasar a estos personajes en la vida.

G. U.: Desmitifica al machismo desde la sensibilidad de estos personajes. La mujer tiene un modo diferente de observar la realidad, me parece que es más autocrítica que el hombre. Y estos personajes, en su búsqueda de la felicidad, deben ser autocríticos.

A. A.: Hay una escena en una peluquería: allí los hombres se confiesan pequeños secretos que nunca hubieran contado en otra circunstancia. Es que el hombre esconde a otros hombres algunos aspectos suyos que podrían ser considerados perversos o de debilidad.

* Rotos de amor, Teatro El Tinglado (Mario Bravo 948), lunes a las 20.

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