Jueves, 9 de junio de 2016 | Hoy
TEATRO › EL CIRCUITO COMERCIAL
Por Paula Sabatés
Los números lo dicen todo: en mayo hubo 26 por ciento menos de espectadores del circuito comercial de teatro porteño que en el mismo mes del año pasado. Ya en abril había habido una baja, aunque muy inferior, del 9 por ciento, lo que demuestra que el aumento descomunal de las tarifas no es el único problema que actualmente enfrentan los espacios culturales y que la tendencia va en bajada y a pasos agigantados. Si bien las cifras responden a un sector determinado que tiene sus especificidades, son un buen indicador de la caída que sufre todo el sector cultural, que se replica en todo el país.
Los datos son proporcionados a Página/12 por la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet), que nuclea a las salas comerciales y agrupa a los productores de todo el país. Las cifras son precisas y contundentes: específicamente, en abril de este año hubo en la Capital Federal 149.662 espectadores frente a los 164.894 que había habido en abril de 2015 y en mayo, 172.826 frente a los 232.368 de un año atrás. Es decir, 15.232 y 59.542 menos, respectivamente. Como sucede con las empresas hoteleras o las aerolíneas, en el teatro el asiento que no se ocupó una noche, luego de la función pasa a valer cero, con lo cual la baja en cantidad de asistentes modifica sustancialmente a la actividad.
También bajó considerablemente, y como consecuencia de lo anterior, la recaudación del sector en la Capital Federal. En abril hubo una suba del 7 por ciento, pero sin tener en cuenta la inflación. Tomando una inflación del 40 por ciento interanual, que es el cálculo que hizo la Aadet, la recaudación estaría en un 37 por ciento por debajo del año pasado. En mayo, directamente, lo recaudado bajó un 7 por ciento, con lo cual, tomando ese mismo índice de inflación, la disminución sería del 47 por ciento. Si bien el precio base de las entradas también subió, el monto por la entrada promedio (es decir, el resultante de las distintas promociones y descuentos, que cada vez son más) se mantuvo muy por debajo de la inflación calculada por la asociación, con solo un 25 por ciento de aumento con respecto al precio del mismo período de 2015.
“La caída es estrepitosa”, sentencia el presidente de la Aadet y director del Teatro Picadero, Sebastián Blutrach. “La disminución de espectadores se suma a los aumentos y tarifazos, que hicieron que la incidencia de las tarifas de energía en nuestro costo operativo pasara del 4 al 18 por ciento. Además, el mes pasado hubo paritarias y una recomposición salarial del 35 por ciento, que los productores, estamos en dificultades de asumir, dado el contexto”, dice el empresario.
Por supuesto que la actividad teatral es particular y acarrea ciertos riesgos que otras actividades no: la disminución de espectadores podría deberse, por ejemplo, al poco atractivo que generen las propuestas presentadas en una determinada temporada teatral, entre otros factores. Pero, para Blutrach, las cifras son “demasiado contundentes” para pensar en esa posibilidad: “A la gente no le dejó de interesar el teatro, sino que en el contexto económico actual se ve obligada a gastar su dinero en otra cosa, porque tiene otras prioridades básicas”, opina.
“Las cifras son producto de las medidas que tomó el gobierno en estos seis meses”, dice el productor, que también reveló a este diario que la baja se replica en todo el país, con una disminución en la recaudación del 28 por ciento (sin contar la inflación) en las provincias.”Le han sacado la plata del bolsillo a la gente y eso hace que haya menos consumo y menos demanda. No depende de lo que nosotros podamos hacer para estimular al público. Si no hay medidas del gobierno que estimulen al mercado interno va a ser muy difícil seguir, no sólo para nuestra actividad, sino para todos los comercios y las pyme”, sentencia.
En concreto, la baja de espectadores y de recaudación traen para el teatro comercial (también para el independiente, solo que más difícil de calcular por sus particularidades) consecuencias directas: para el famoso segundo semestre y para enero del año próximo habrá menos producciones en la calle Corrientes. Pero la crisis también trae efectos artísticos “indirectos”: elección de comedias por sobre dramas o producciones más “profundas” (porque ese género rinde generalmente mejor en las boleterías), disminución en la cantidad de actores por cada propuesta (y por ende menos puestos de trabajo) y producciones menos costosas, algo que no necesariamente influye en la calidad pero en algunos casos puede hacerlo. “El panorama hace que sea más interesante invertir en la bicicleta financiera que en el teatro. En nuestro ADN está seguir produciendo porque es lo que nos gusta, pero tenemos que tomar menos riesgos”, explica Blutrach.
Para visibilizar la complicada realidad de sector, el productor organizó una jornada denominada Apagón Social, apagón cultural, que tendrá lugar mañana a las 17 en Pasaje Santos Discépolo 1847, frente al Picadero (en la cortada que une Corrientes con Callao). Participarán distintos colectivos culturales como la Aadet y la Asociación argentina de Teatro Independiente (Artei), y también referentes del Frente para la Victoria de la comuna 3. Carlos Tomada, al frente de ese bloque en la Legislatura porteña, será uno de los oradores. Además se presentarán tres monólogos que actualmente forman parte del ciclo Idénticos, de Teatro X la Identidad, y habrá cierre musical a cargo de Ligia Piro, todo bajo la conducción del actor Osqui Guzmán.
“Buscamos poner sobre la mesa nuestra situación, que no se corra de la agenda nuestro tema. Si hay un apagón cultural, también hay un apagón social, porque la sociedad prioriza las cuestiones básicas, y nos convertimos en sobrevivientes y perdemos los espacios de encuentro con todo aquello que nos producen, agudizar el pensamiento, la reflexión o la emoción. No podemos dejar que eso pase”, cierra el productor, que mañana dará un informe sobre la realidad del sector.
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