Sáb 07.04.2007
espectaculos

TEATRO › UN EXTRAÑO EPISODIO DE VANDALISMO EN EL TEATRO LORANGE

“Fueron idiotas o fascistas”

En la sala se representa Un día muy particular, basada en el film de Ettore Scola, una historia en tiempos de fascismo. La policía tardó dos horas en hacerse presente en el lugar.

¿Quién hubiera podido imaginar que en la Argentina de hoy la puesta en escena de Un día muy particular, la recordada película de Ettore Scola, sería blanco de un acto de vandalismo? Sin embargo, sucedió. El hecho se produjo el jueves, pocas horas antes de una función en el Teatro Lorange, de Corrientes 1372. La historia que se cuenta allí transcurre en la Roma de 1938, y la jornada particular es no sólo la que viven los personajes, sino la del histórico primer encuentro entre Hitler y Mussolini. A su llegada al teatro, el personal técnico y los intérpretes Ana María Picchio y Daniel Fanego comprobaron la falta de los “discos de reserva” y el destrozo de la consola de sonido y de luces. “Habían desprogramado el audio que se utiliza en la obra y la consola de luces. También volcaron mierda sobre los equipos”, cuenta Fanego, sorprendido por la facilidad con que esa gente parece haber ingresado a la sala y la impunidad con la que hicieron su tarea. Es cierto que el teatro no cuenta con personal de seguridad, pero tampoco se pensó que esta obra podía despertar reacciones de este tipo.

Como puntualizaron los intérpretes y el director y adaptador Manuel González Gil, Un día... es una pieza que abre camino a la reflexión y apuesta a la convivencia y “el respeto por el diferente”. Se trata, básicamente, de la amistad que surge entre dos vecinos muy especiales en aquella jornada de 1938. Ella es Antonia, una señora de su casa, madre de siete hijos y mujer de un oficial del régimen de Mussolini; y él, un homosexual de nombre Gabriel, decidido a suicidarse antes que padecer la deportación por ser quien es. La acción transcurre en los departamentos de una y de otro. Mientras ellos dialogan los acontecimientos que se desarrollan en el exterior ingresan a través de una ventana. Se escuchan voces y sonidos de una época marcada por el militarismo y la persecución. Entre esos sonidos, se incluyen aquí audios testimoniales con fragmentos de discursos de Hitler y Mussolini.

Tanto Picchio como Fanego saben de actos de intolerancia, pero este hecho los dejó perplejos. “La obra es un clásico y de un enorme valor histórico”, señala Fanego. Se recuerda aún hoy –gracias a las retrospectivas y ciclos que cada tanto se programan en cinematecas– la película inspiradora de esta puesta, Una giornata particolare, que Scola estrenó en 1977 sobre guión propio y de Ruggero Maccary y Gigliota Fantoni, y con dos protagonistas-estrella. Sofia Loren componía a la deseada Antonia y Marcello Mastroianni al locutor homosexual, acusado entonces de “antifascista”. La traslación de esta historia a la escena tampoco es un hecho nuevo: hace veinte años el fallecido Carlos Gandolfo realizó una puesta en la que actuaban José Sacristán y Charo López.

En cuanto al desastre, Fanego observa que “el que desprogramó es alguien bien canchero, porque eso no lo hace cualquiera. No hay duda de que tenía ganas de joder y se tomó su tiempo. No sabría decir si esto fue hecho por tipos enfermos o se trata de una cuestión ideológica. Esto último sí que me inspiraría temor”, sostiene el actor. El elenco ya venía ofreciendo funciones de preestreno para invitados y para público a precios populares, además de una función para la crítica. “Este es un episodio bastante extraño. Nunca pensé que con este trabajo podríamos herir sensibilidades. No sé si esto es obra de un grupo de idiotas o de gente que discrimina o está políticamente cerca del fascismo.”

La denuncia fue hecha por Andrés Parodi, asistente del productor del espectáculo Javier Faroni, quien se hallaba entonces en Mar del Plata, al igual que Carlos Rottemberg, dueños de la sala. A propósito de lo sucedido, este empresario recordó que en 2006 sufrió un ataque similar en una sala marplatense, también de su propiedad. Respecto del Lorange, trascendió que la policía se presentó recién dos horas después de descubierto el atropello: “Estuvieron ahí mirando, revisando. No sé si tomaron huellas digitales”, apunta Fanego. Lo cierto es que “no se llevaron la consola ni el dinero que pudiera haber. Nos ayudó que poco después de la denuncia estuviera presente Crónica TV, porque eso hizo mover a la policía”, sostuvo el actor, que aún se pregunta sobre los posibles motivos. “Lo nuestro es un dato. Están pasando cosas muy graves en el país, como la represión a los maestros y la muerte de Carlos Fuentealba en Neuquén”, dice. “De todos modos, nuestra intención es no suspender las funciones.“Trabajando contra reloj, anoche pudo realizarse el espectáculo: hoy habrá función a las 21.30.

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