“Clásicos al estilo La Galera”, se promocionan las obras que el grupo La Galera Encantada ofrece por estos días en los jardines del Museo Enrique Larreta. Y es que con los años fueron consolidando una forma de entender el teatro para chicos, y a partir de esa experiencia transmiten una nueva forma de ver. Que se traduce, luego, en una nueva forma de adaptar esas historias que se escribieron hace muchos años pero hablan de temas universales como la solidaridad, el compañerismo, el compromiso, el amor y la amistad. “Lo primero es tratar de tomar de la historia el eje del relato. El formato y las características tienen mucho que ver con un juego desde lo clown, desde el delirio (risas), desde la dinámica que se necesita para recrear una obra”, define Héctor Presa, fundador del teatro (hoy ubicado en Humboldt al 1500) en 1979.

Para su sexta temporada estival en el Larreta, La Galera ofrece revisitar obras que ya tienen un camino transitado a través de una nueva versión que se adapte a los tiempos que corren. Y presenta también una obra propia. El punto de partida de sus obras suele ser el juego, esa visión lúdica del mundo que los acerca al mundo infantil pero también les permite a los más grandes recuperar ese espíritu que, dice Presa, nunca se pierde. A diferencia del año pasado, que sólo ofrecieron María Elena, su homenaje a María Elena Walsh, en este 2012 vuelven con versiones de Los tres chanchitos, Blancanieves y los 8 enanitos, Hansel y Gretel y Cenicienta. Presa dice que estas historias “transitaron tanto tiempo porque se sostienen sobre los miedos, las intrigas, el suspenso. Y, por otro lado, son facetas de las relaciones humanas: el amor, la amistad, la hermandad, que son muy fuertes en estos cuentos tradicionales”, explica.

En cada una de las obras, asegura el fundador de La Galera, se tratan temas que hacen a la “condición humana”, aunque pasados por el tamiz del humor, físico o gag, porque “todo el tiempo está presente la necesidad de contar estas historias de la manera más divertida posible”, aunque, asegura, “sin quitarle profundidad ni estructuras dramáticas”. Así, en Blancanieves... se trata la solidaridad a través de la ayuda que le dan los enanitos; en Hansel y Gretel, la relación entre estos hermanos, que se unen para luchar contra un rival común; en la versión de Los tres chanchitos, cómo cada uno debe aprender de sus propias experiencias y errores cuando va creciendo; Los abuelos no mienten expresa cómo la mentira puede arruinar cualquier relación y cómo la verdad termina apareciendo; y en C.Niciento La Galera intenta recuperar esas cosas que, tal vez por la costumbre, parecen escaparse. “En el cuento original la protagonista pierde un zapatito, en esta versión pierde la sonrisa”, adelanta Presa.

La posibilidad de ver una obra de teatro al aire libre, en los jardines del museo, es una opción diferente para este verano. La casa que albergó al escritor, del que tomó su nombre, permite también descubrir esculturas, pinturas y el jardín hispano-andaluz, una especie de oasis en medio de una de las zonas con más construcciones en la Ciudad. Y, claro, una manera diferente de visitar un museo con los chicos.