Sábado, 17 de enero de 2015 | Hoy
CHICOS › CICLO DE CLOWNS EN EL CENTRO CULTURAL HAROLDO CONTI
El encuentro se desarrollará desde hoy hasta fines de febrero, con entrada gratuita. Además de los espectáculos, habrá un espacio abierto en el que los artistas y el público podrán juntarse para intercambiar ideas.
Por María Luz Carmona
Los payasos irrumpen en escena para contar historias, compartir vivencias, recorrer las emociones. Llegan para transformar, desestructurar, sanar, resignificar, transitar. Esta vez serán los protagonistas del primer ciclo Clowns en el Conti, que ocurrirá desde hoy hasta fines de febrero en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (Avenida del Libertador 8151). Con entrada gratuita se presentarán las obras de actores y actrices que exploran la técnica de la nariz roja y que son referentes de la escena local actual. Hoy y mañana a las 21 se presentará Seis, con Marina Barbera. Luego tendrán lugar Quizás quiso decir, con Nacho Albani y Pablo Algañaraz; Fuera!, con Leticia Vetrano; Querida Marta, con Irene Sexer; Se vuelve giros, con Gabriel Cohan; y cierra el ciclo Ingue, con Yanina Frankel. Las entradas se retiran en la puerta con una hora de anticipación.
Además de los espectáculos, habrá un espacio abierto en el que los artistas y el público podrán encontrarse para intercambiar ideas. “Es interesante que haya muchas miradas del clown. Que esté Chaco (por Chacovachi), por ejemplo, nos da la posibilidad de ver cómo es el trabajo del payaso de la calle. Cuando se juntan los maestros es súper interesante, y esto no ocurre mucho. Que haya tantas miradas diferentes nos permite entender de qué se trata todo esto”, considera la actriz Yanina Frankel. Con la intención de continuar reflexionando acerca de la disciplina y sus diversas formas de ponerla en acción, hoy y el sábado 31, a las 19, se reunirán maestros como Gabriel Chamé Buendía, Chacovachi, Marcelo Katz, Cristina Moreira, Cristina Martí y Raquel Sokolowicz, entre otros. La programación completa se puede consultar en Facebook: Clowns en el Conti.
–Es la primera vez que se le da este espacio al clown en el Conti. ¿Qué significa para ustedes formar parte del ciclo?
Yanina Frankel: –Es un hecho especial que se abran las puertas del Conti por primera vez para que lleguen los payasos. Es un lugar tan fuerte y tan especial para nuestra historia, que poder participar con nuestros espectáculos es muy importante. Es muy especial, una fiesta. Ayer cuando fuimos a ensayar sentía que para mí era muy fuerte ir con Ingue y estar en un lugar donde sucedieron hechos brutales de nuestra historia. Y con la historia de Ingue, que es tan fuerte y sucede en la Segunda Guerra Mundial. Estoy muy contenta de participar y compartir el ciclo con payasos tan buenos. Esto viene a sanar la historia y recordar.
Pablo Algañaraz: –En lo personal es fuertísimo estar ahí. Me costó un montón ir a la ex ESMA. Fui hace unos años a una conferencia que daba la canadiense Sue Morrison. En ese momento tomé aire y fui. Fue liberador. Lo interesante es que el lugar exista y que esté transformado. Nuestra obra gira en torno a la memoria y los recuerdos, y uno de ellos tiene que ver con el exilio de mi viejo y el barco en el que nos vamos. Tengo una historia marcada por el proceso militar. Nuestra obra no habla de la memoria de un país, pero sí de la función de la memoria en el ser humano. Toca ciertas experiencias dolorosas de la vida, como el exilio.
–Hay una intención de resignificar este espacio con el arte. ¿Creen que el clown ayuda a echar luz?
Y. F.: –Los clowns tenemos la capacidad de transformar a través de la risa, tenemos la ventaja de poder hacer reír. En este lugar donde hubo tanto dolor nos encontramos dando otro matiz dentro del teatro y de la cultura. Traemos el humor. Los payasos hacemos reír y también hacemos emocionar. Tenemos la capacidad de hacer ese caminito que nos da otras posibilidades. Está bueno poder vivir estas experiencias ahí adentro para transformar y para una dejar una huella desde el teatro.
P. A.: –Cualquier hecho artístico echa luz. Y está bueno que venga el clown, ya que no nos reconocen mucho como teatro, siendo que es un género teatral. Estar en un espacio de cultura en movimiento es genial. Poder mostrar la obra en este lugar nos alegra un montón.
–Muchas de las obras hablan sobre la memoria, la identidad, las raíces. Entonces desde las temáticas hay una cercanía con la historia de este sitio.
Y. F.: –Es muy fuerte la similitud de lo que sucede con estas obras y lo que sucedió acá. Uno de los motores principales en mi obra fue recordar mi historia personal y la de mi abuela. Y cuando la cuento, mucha gente me dice que sus abuelos también pasaron por eso. En mi obra aparece el hecho de escaparse de la Segunda Guerra Mundial. Y sobrevivir. Encuentro que hay una similitud muy grande. En Ingue hay un final esperanzador, en el que no es sólo recordar esa historia sino también sentir que podemos vivir de otra manera y que podemos ser felices. Después de tanto horror y tanto dolor, podemos seguir viviendo y eligiendo una vida más hermosa. Y creo que desde el Conti se está eligiendo transformar un lugar tan horroroso en uno lleno de luz y de arte, con gente haciendo un trabajo para recordar y no olvidar lo que pasó.
P. A.: –Todas las obras de clown se cuestionan el ser o no ser, estar o no estar. En el género está muy presente el tema de la memoria y de las raíces.
–¿Cómo ven la escena local actual?
Y. F.: –En estos últimos años creció un montón el clown. No es que hoy se destapó, pero sí podemos ver que se vino haciendo un caminito; y que espacios de arte y cultura de relevancia nacional se abren para que el clown tenga su lugar y pueda desarrollarse, es el resultado de eso. Hoy, el clown es un referente más de la estética teatral. Hoy logramos que sea considerado un lenguaje muy fuerte. La historia del clown arranca siendo una intervención muy cortita dentro del circo, en donde tiene que hacer reír. Y después eso fue ganando terreno. El espacio de las varietés creció un montón. Hay muchos payasos juntándose a entrenar, muchos dando talleres. Y todo eso hace que esto crezca, después logramos trascender la varieté y tenemos la necesidad de contar una historia personal de un clown en una obra más grande. Esto creció un montón en los últimos años.
P. A.: –Después de muchos años de varietés surge la necesidad de hacer obras y dejar el formato de número corto, que era donde más vivía el clown. Tiene que ver con la necesidad de profundización y de aunarse con lo teatral, y eso es súper saludable. Creo que el género está realmente vivo en estas obras.
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