CHICOS › EDITORIAL CHIRIMBOTE PUBLICA LA COLECCION ANTIPRINCESAS Y AHORA VA POR LOS ANTIHEROES
La escritora y periodista Nadia Fink, el dibujante Emiliano “Pitu” Saá y el diseñador Martín Azcurra crearon la editorial con la idea de contar las historias de mujeres reales como Frida Kahlo, Violeta Parra y Juana Azurduy.
› Por Candela Gomes Diez
¿Acaso alguien no escuchó hablar de la princesa que durmió cien años? ¿O de aquella, maltratada por sus hermanastras, que perdió su zapatito de cristal? Acuden a la memoria fácilmente los cuentos de princesas, esbeltas y obedientes. Y aunque con el paso del tiempo en algunas historias las protagonistas adquirieron acción e independencia, el príncipe azul y el final feliz se siguieron imponiendo como la meta deseable. El imperio Disney es, quizás, el ejemplo más acabado del triunfo de esta fórmula de fantasía que se repite y que se instaló feliz y eficazmente en las cabezas de los más chicos.
Fue a comienzos de 2015, cuando la escritora y periodista Nadia Fink y el dibujante Emiliano “Pitu” Saá decidieron encontrarle la vuelta a ese mundo de ensueño y abrir las puertas a otros universos posibles para contar las historias de mujeres no tan esbeltas ni tan obedientes. Y con este objetivo, junto con el diseñador Martín Azcurra crearon la Editorial Chirimbote y su primera colección de libros Antiprincesas, que ya lleva tres títulos editados con las biografías de Frida Kahlo, Violeta Parra y Juana Azurduy. “La colección surge con la idea de contar historias de mujeres reales”, explica la autora de esta novedad literaria que cruzó la frontera y aterrizó en otros países de la región como Chile, Brasil y México. “Es evidente que era necesaria una serie de libros que discutiera un poco con los roles de las mujeres en los cuentos tradicionales y en las películas industriales”, sostiene a propósito de la repercusión.
A su lado, el ilustrador Pitu Saá confiesa que no dudó en sumarse al proyecto cuando conoció a la creadora. “Era un desafío ilustrar personajes tan importantes de la historia para un público infantil”, asegura. Juntos dieron forma a bellos relatos, adaptados para chicos y chicas, que conjugan datos biográficos, recursos poéticos y una sección didáctica que incluye actividades e invita a los pequeños lectores a reflexionar. Aunque originalmente los textos fueron pensados para las edades de 6 a 12 años, la colección se abrió paso también en las bibliotecas de niños de jardín de infantes y de adolescentes, y circula en distintos espacios sociales desde centros culturales de barrios populares hasta algunas instituciones escolares.
Tras un año intenso de lanzamientos y trabajo, y embarcada en la idea de seguir incursionando en la vida de mujeres que dejaron huellas, Chirimbote sumará en febrero la colección Antihéroes, que repasará la trayectoria y el legado de hombres célebres y continuará, como promete Fink, con la idea de “romper moldes”.
–¿Cómo fue el proceso de investigación de cada personaje de Antiprincesas?
Nadia Fink: –En el caso de Frida Kahlo y de Violeta Parra, solamente debí constatar algunos datos porque ya había investigado sobre sus vidas, entonces sólo tuve que pensar en cómo transmitir ese contenido para los chicos. Pero la vida de Juana Azurduy nos llevó mucho más tiempo de trabajo. Habíamos leído tres libros que se publicaron en la Argentina y desde Bolivia, tras conocer lo que se había generado con esta colección, nos enviaron cuatro libros más, porque allá hay investigaciones más profundas sobre Juana. En todos los títulos, partimos de una idea general, y luego conversamos sobre qué características les íbamos a dar a cada cuento y a cada personaje, porque intentamos hacer algo nuevo de cada libro. La historia de Frida es lineal, la de Violeta va y viene en el tiempo y la de Juana tiene algo más aventurero. En ese caso, Pitu introdujo también el formato de la historieta. Tratamos de divertirnos e innovar y de que cada libro fuera único, para ser honestos con este proyecto de ofrecer algo novedoso a las chicas y a los chicos.
Pitu Saá: –Para las ilustraciones, hice un trabajo de búsqueda de documentación fotográfica para observar el estilo de cada personaje. En el caso de Frida, tuve muchos recursos para ilustrarla por su modo de vestir, pero con Violeta fue más complicado porque su imagen era más despojada. Y con Juana trabajé con los retratos que había de ella, pintados en su época, y traté de capturar sus rasgos más característicos como la trenza y el traje militar.
–Debe ser complejo adaptar al lenguaje de un chico una historia de vida real...
P. S.: –Sí. Tenemos que tener en cuenta que es un niño o una niña a quienes les estamos hablando, pero al mismo tiempo tratar de no subestimarlos, entonces hay que buscar un balance entre una cosa y otra; no esquivar la dificultad para contar algunas situaciones y usar todos los recursos posibles. Por ejemplo, en el libro de Frida, Nadia tuvo la buena idea de contar su muerte a través de la mitología azteca.
–¿En base a qué condiciones y características eligen a los personajes?
N. F.: –Con Antiprincesas tratamos de hacer un recorrido por algunas mujeres destacadas de la historia, pensando que ésta les jugó una mala pasada en algunos casos. Además, son mujeres latinoamericanas, porque siempre nos han contado historias europeas de princesas con realidades que poco tienen que ver con nuestros niños y nuestras niñas. Por eso queremos que estas mujeres representen a todos los países y a las diferentes disciplinas en las que se fueron destacando, como Frida en la pintura, Violeta en la música y Juana en sus luchas por la revolución. Lo que caracteriza a las “antiprincesas” es que son mujeres que trascendieron a su tiempo, porque en ese momento hicieron algo diferente de lo que se esperaba de ellas, trataron de vivir con alegría, a pesar de las dificultades que implica romper con los cánones de su época, y construyeron colectivamente.
–¿Por qué estas historias se oponen al concepto de la “princesa”?
P. S.: –Siempre dijimos que el nombre de la colección no es una oposición en el sentido de querer suprimir el concepto de princesa de Disney. De hecho, muchos consumimos eso y hay cosas que rescatamos, que están buenas, pero nos parecía que esos productos culturales estaban contando lo mismo, y desde el mismo lugar. Cuando vemos las películas de Disney, todas sus protagonistas son mujeres y, aunque se fueron modernizando y haciendo más guerreras, se produce una especie de estándar. Y creemos que son modelos en los cuales los chicos no pueden verse reflejados porque no expresan su realidad. Nos pareció que teníamos que incorporar otras voces y hacer un lugar entre los libros de princesas de Disney y de Barbie para poner una Frida con bigotes, o una Violeta que no responde a los estereotipos de belleza.
N. F.: –Originalmente las princesas eran mujeres estáticas, obligadas a continuar el legado familiar, y que esperaban a un príncipe que les cambiara la vida. Y como dice Pitu, si bien Disney se fue aggiornando un poco, lo estético y los estereotipos físicos se siguen repitiendo.
–En breve publicarán Antihéroes. ¿Cómo será esta nueva colección?
N. F.: –En este caso, el objetivo será romper con el molde del superhéroe con superpoderes, y del príncipe que todo lo sabe y todo lo puede. El primer número de la colección estará dedicado a Julio Cortázar, quien fue un aventurero de la palabra. El jugaba mucho con su palabra y nos parece bueno acercar ese juego a los chicos, pero con muy pocos datos biográficos a diferencia de lo que hemos hecho con las antiprincesas, porque lo que más nos importa es su obra y ese mundo de fantasía que generó. Julio fue un niño hasta el final.
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