Domingo, 31 de julio de 2016 | Hoy
CHICOS › LECTURAS PARA DESPEDIRSE DE LAS VACACIONES DE INVIERNO
Por Karina Micheletto
Lindos en forma y contenido, chiquitos, manipulables para llevar y traer, para hojear un poco y morder otro poco más, para leer y dar a leer, tan cómodos para sostener en el cuento de antes de dormir. Dos recientes colecciones de libros para los muy pequeños, que también vienen en formato muy pequeño, hacen decir: ¡qué grandes los chiquitos! Una despliega parte de la obra de la gran Graciela Montes, reeditada por Loqueleo, con nuevos y viejos dibujos. La otra agrupa hermosos títulos de Pequeño Editor en la colección Los Duraznos. Una y otra convocan a lectores bebés o de pocos años: Hoy es el último día para ir a buscarlos a la Feria del Libro Infantil.
Ideales para chicos de alrededor de tres años, pero también aptos para más grandes y más chicos, los cuentos de Graciela Montes siguen sorprendiendo por su potencia. Cada palabra es la justa, la más redonda, la que suena más lindo; tienen ese encanto de lo circular, de ir sumando elementos y acción de a poquito, esa cadencia tan rítmica y visual (“y se fue por acá y por allá...”) que conecta enseguida con los lectores. Los chicos de unos tres años pronto se los aprenden de memoria, y ellos no lo saben, pero cuando los repiten están recitando poesía. Los primeros títulos de esta colección Pequeñas historias son El auto de Anastasio, El globo azul, Tres chicos muy valientes y El paraguas del mago.
“Hace tiempo que estábamos detrás de algunos títulos de Graciela Montes, su obra es de un gran valor literario, cultural y emocional dentro la literatura infantil y juvenil argentina”, cuenta María Fernanda Maquieira, directora editorial de Loqueleo Santillana. “Si bien ya teníamos en nuestro catálogo dos colecciones suyas (Anita y Había una vez) y tres de sus títulos más conocidos (Las velas malditas, La batalla de los monstruos y las hadas y Otroso), soñábamos con poder editar las Pequeñas Historias, Irulana y el Ogronte, Clarita se fue a la China y tantos otros libros que marcaron un hito en la LIJ”. Maquieira asegura que a veces los deseos de los autores y de los editores se cruzan mágicamente, y que por eso aquí están, felices, presentando los primeros títulos entre una serie de reediciones de Montes que seguirán saliendo a lo largo de los próximos meses.
“Ella es una autora fabulosa, no solo por su modo poético de escribir sino porque sabe muchísimo de libros. Ha hecho cosas maravillosas como editora; tiene una interesante mirada estética, un gran conocimiento teórico acerca de la literatura y de la infancia, y una gran generosidad a la hora de trabajar... se nota que estamos encantados, ¿no?”, se ríe Maquieira. La nueva colección toma las ediciones originales, de finales de los ´80, conservando algunos de los mismos ilustradores y dibujos de aquella época, como los de Oscar Rojas y Nora Hilb. Pero buscando también otros nuevos, y sumando así otras estéticas, como las de Claudia Degliuomini y Ana Sanfelippo.
Las Pequeñas historias vienen en libros cuadraditos de 12.5 x 12.5, editados en rústica, con una cartulina y papel bien gruesos, y se venden a $135. “Son libros que circulan mucho en los jardines y bibliotecas, así que pensamos en algo de calidad pero que tuviera un precio razonable”, cuenta Maquieira. “Por ahí, más adelante, hagamos alguna tirada en cartoné, a pedido del público, porque sabemos que es un material más resistente a las pequeñas manos (y dientes)”.
En un cercano stand de la Feria del Libro, Pequeño Editor muestra, entre muchos grandes libros, los chiquitos de Los Duraznos, que completan una colección de cinco en una bolsita. Son títulos de autores y estilos bien diversos, con poquitas palabras, juegos poéticos, y un despliegue visual muy colorido y original. Están hechos en cartoné (es decir, con las tapas y las páginas duras) de modo que los bebés y niños muy pequeños están habilitados a leerlos a su manera.
“Era muy difícil publicar en este material en Argentina, pero gracias a Juan Cruz y Facundo Badillo de Mercal, que se sumaron en esta aventura, pudimos llegar al comienzo mismo de la relación de los niños con los libros”, cuenta Ruth Kaufman, editora literaria de Pequeño Editor, y también escritora y autora de 5 besos, publicado dentro de Los Duraznos. “Pensamos la colección como un lugar de encuentro individual del niño con el libro, que lo puede tener en sus manos, pasar las hojas, mirar, y también como el lugar de encuentro de la tríada bebé-libro-adulto o, incluso, niño lector. Por eso son libros con texto narrativo o poético, no solo palabras, que invitan a la lectura en voz alta y también al juego. Quisimos que el libro sea, desde el inicio mismo, un lugar de acceso a una lengua escrita rica, juguetona, poética, cargada de sentidos”, describe.
En la colección Los Duraznos hay dos reediciones: Cocorococó, de Didi Grau y Christian Montenegro, y Tump Tump, de Elenio Pico. “Originalmente, los autores imaginaron Cocorococó en cartoné. En ese momento no teníamos la posibilidad de publicarlo así y aceptaron realizarlo en la edición tradicional. Ahora estaba prácticamente agotado, y finalmente lo pasamos al formato soñado por sus autores. Tump Tump salió en nuestra colección Fuelle hace mucho, en 2002 y, en ese momento observamos que se volvía el libro preferido de niños de dos y tres años. Como el cartoné facilita la manipulación de los niños pequeños, nos pareció adecuado reeditarlo así: cuanto más vivo podemos tener nuestro catálogo, mejor”, explica Kaufman.
Se sumaron otras tres pequeñas joyas: Quiero ser un dinosaurio, de Fita Frattini, La luna está llena, de Diego Bianki, y 5 besos, de Kaufman y Bianki. Cada uno tiene un estilo muy diferente, y a la vez la marca común que les da la colección. Salen $118, con lo que seguro es uno de los buenos regalos más económicos para niños pequeños. Y para los adultos que, de paso, lo leen con ellos.
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