Lunes, 2 de marzo de 2015 | Hoy
RADIO › CLAUDIO VILLARRUEL Y BERNARDA LLORENTE SE “MUDAN” A RADIO AMéRICA
Tras dos temporadas en Radio del Plata, donde Villarruel y Llorente también eran programadores artísticos, el ciclo que conducían, Detrás de lo que vemos, encontró un nuevo espacio. “Habrá cambios, pero no vamos a traicionar la esencia”, adelantan.
Por María Zentner
DijoAlejandroDolina:“Cuando se premia una programación de radio, se premia una armonía y no a cada una de las notas que forman el acorde”. ¿Cuándo? El 16 de diciembre del año pasado, durante una charla que mantuvo al aire con Claudio Villarruel y Bernarda Llorente a propósito del premio Eter a la mejor programación que había recibido Radio del Plata la noche anterior. La declaración fue un mimo a la dupla que, además de conducir el programa Detrás de lo que vemos, estaba a cargo de la dirección artística de la emisora. Ellos fueron artífices de los cambios e incorporaciones –entre ellas, la de Dolina– que tuvieron como consecuencia un incremento de la audiencia al punto de llegar a estar entre las AM más escuchadas del país. Diez días después de esa conversación, y con el premio fresquito sobre el escritorio, Villarruel y Llorente anunciaban su desvinculación de Electroingeniería, empresa dueña de Del Plata y del canal de 360º TV, del cual también eran responsables artísticos. La impasse fue corta porque Detrás de lo que vemos encontró rápidamente un nuevo espacio: desde hoy a las 17 se emitirá, de lunes a viernes hasta las 20, por Radio América AM 1190.
“El programa va a tener cambios, pero no vamos a traicionar su esencia: una propuesta periodística poco solemne, descontracturada, donde el objetivo es poner las noticias en contexto, tener una mirada distinta sobre un mismo tema y producir contenido importante con el desafío de anticiparnos a lo que va a ser el día siguiente”, adelanta Llorente. Alejados de la tarea de programadores, reciben esta nueva temporada –la tercera– con la tranquilidad del camino recorrido y con la inquietud que provoca la novedad: nuevo horario, nueva emisora y la extraña sensación de, por primera vez, no tener que dirigir, poder ponerse en las manos de otros y, simplemente, hacer radio. “Es como despuntar el vicio de todas las obsesiones como productor, como creativo y como comunicador. No ser más jefes va a ser bastante liberador. Poder ir, divertirnos y que haya otras personas que tomen decisiones. Nos adaptamos a un modelo y ésa es una experiencia completamente nueva para nosotros”, confiesa Villarruel.
–¿Cuáles fueron las “diferencias irreconciliables” que llevaron a su alejamiento de Electroingeniería?
C. V.: Cuando nos fuimos de Telefe después de diez años, nos prometimos nunca más dirigir un canal. La propuesta que recibimos de Electroingeniería fue la de armar uno de cero, por eso nos pareció un desafío interesante de abordar. Algo nos picó y aceptamos. En un principio, encontramos que con ellos teníamos miradas muy afines respecto de lo político y lo social. Pero las situaciones particulares de la empresa durante esos años fueron muy duras porque no tenían liquidez, o al menos eso es lo que nos decían. Nosotros los acompañamos hasta que la diferencia se hizo muy grande. Cuando, en el afán de maximizar ganancias o de mantener la estructura, el recorte de costos empezó a efectuarse de manera casi indiscriminada, la relación se volvió insostenible. Hoy, a la distancia, con menos bronca por la situación poco feliz en cuanto a cómo se manejaron las cosas, creo que del discurso para afuera es de una manera, y para adentro, es como la mayoría de los que hacen negocios. Empezaron como empresarios militantes de sus convicciones y terminaron como negociantes.
B. Ll.: Cuando uno empieza a tener algunas diferencias con los accionistas... ya sabemos cómo terminan estas cosas: el empleado es “invitado” a retirarse. La sensación que nos queda es que nunca entendieron la lógica de los medios. O nunca terminaron de apostar en serio.
–¿Qué consideran que hace falta para estar en la radio?
C. V.: Hay que ser auténtico. Lo que te puede asegurar la continuidad es ser lo más cercano y fiel a vos mismo. El oyente de radio se identifica –o no– cuanto más genuino seas. La radio es muy ideológica. Si el oyente reconoce como propias algunas maneras de pensar, si siente empatía, si escucha que el conductor va a tocar los temas desde una subjetividad parecida a la suya, compra.
–Profesionalmente, ¿qué cosas no volverían a hacer y qué cosas les falta realizar?
C. V.: Pensar qué no volverías a hacer es presuponer que uno conoce su destino. Generalmente, cuando uno se mete en algo, piensa que le va a ir bien. Esa pregunta tiene una presunción de que podemos adelantarnos a lo que no nos va a gustar.
–Pero sí pueden mirar en perspectiva y ver qué no les gustó.
B. Ll.: Pasa que las situaciones, cuando vuelven, vuelven diferentes. Nunca se repiten. Es casi soberbio decir “hay cosas que no quiero hacer”, porque nunca sabés cuánto o qué te falta. Yo te diría que nosotros tenemos como norma que los proyectos nos tienen que enamorar. Porque trabajamos con mucha pasión. Buscamos no perder la capacidad de sorpresa. Cuando las cosas dejan de sorprenderte, es el momento de dejarlas.
C. V.: Trabajamos a partir de la fuerza inicial de la curiosidad. Sea lo que fuere. Entonces, el objetivo es ése: que nos atrape.
–En una entrevista reciente, usted (Villarruel) habla de “la grieta” en términos muy positivos para la sociedad en general. Según su opinión, ¿cómo opera esa grieta en el caso específico de los medios de comunicación?
C. V.: Para mí, la grieta, desde el punto de vista dialéctico es lo mejor que puede pasar. Y no hablo de “grietas” como de “voces”, porque en los medios siempre hubo voces distintas. La grieta es necesaria porque si no estamos todos uniformados, pero siempre por fuera de ese alguien que fue el que nos uniformó. No creo que se trate de una sola división. Las grietas son una cantidad de posibilidades. En términos comunicacionales, lo que pasó fue que alguien pegó un martillazo y se agrietó el discurso único. Y está buenísimo. Creo que, cuando tengamos claro el rol del comunicador en la sociedad, vamos a empezar a ser una sociedad un poquito mejor.
B. Ll.: Las grietas muestran un resquebrajamiento de las cosas. Entonces, tenés dos caminos: taparlas o usarlas para cambiar. Las grietas son las que mandan en una sociedad que exige cambios. Ponen de manifiesto la necesidad y la posibilidad de construir cosas nuevas. Hemos tenido el privilegio de participar de un proceso en la Argentina que se construyó sobre la base de nuevas esperanzas. Tuvimos la posibilidad de cambiar. Y cambiamos.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.