RADIO › “24 LATIDOS”, CONDUCIDO POR PABLO HOFFMAN Y OMAR MOUZAKIS
En la Radio de las Madres, el dúo conduce un ciclo que apunta a la pura cinefilia, eludiendo el típico bombardeo comercial.
› Por Cristian Vitale
Un gato negro trepa cuatro veces a la mesa y le importa poco que el dueño venga a sacarlo: está tentado con el jamón que divide las dos tapas del sandwich y no parará hasta ligar un trocito. Pablo Hoffman, concentrado en la imagen que se repite una y otra vez ante sus ojos, tira dos títulos: “Gato negro, gato blanco”, sugiere primero. “Un día, un gato”, agrega después. Estirpe revelada: él no es un gato pero sí un curioso animal de cine. Junto a Omar Mouzakis, otro de su especie, está en el bar del felino inquieto para contar de qué va 24 Latidos, el programa que ambos conducen los domingos de 11 a 12, por la Radio de las Madres (AM 530). “Nos interesa el cine que nunca vimos, el que siempre queremos ver y el que nunca quisiéramos perdernos. La idea es rescatar el cine más periférico y no el que se muestra en la salas cotidianamente”, empieza Hoffman.
Una singularidad: 24 Latidos no es un programa con columnistas de cine entre columnistas de otras áreas –como abundan–, sino uno enteramente dedicado a la reproducción de imágenes... sin imágenes. A la lente sin su soporte central, lo cual implica, evidente, un lindo desafío. “El secreto –revela Hoffman– es que apelamos a la memoria emotiva y apuntamos a la complicidad del público: no podemos pasar películas pero sí audios, y le pedimos a la gente que adivine de qué film es cada uno. Jugamos mucho con personajes, con escenas, y la música también funciona como lazo. Dicen que una imagen vale más que mil palabras... nosotros decimos que un ritmo vale más que mil imágenes.” Parte del dilema resuelto: la música es el plan salvador. Pero también la implementación de un esquema singular. Como guionistas de oficio, el dúo impuso una artística –separadores, cortinas, voces en off– que aproxima la tira al rodaje de una película. “Reproducimos tomas y escenas, como si estuviésemos escribiendo un guión”, explica Mouzakis.
Hoffman, coordinador de los ciclos de cine que se llevan a cabo en el Museo de Bellas Artes, y Mouzakis, un experto en la materia desde el periodismo y la producción, pusieron a rodar su capricho más preciado hace tres meses. Durante diez unitarios, ya han rotado reportajes a directores, actores, sonidistas, fotógrafos y guionistas, los secretos de las películas más recordadas y también entregas temáticas, como un informe completísimo sobre cine boliviano. El plan, claro está, es antimainstream. Se engancha Mouzakis: “Nosotros sabemos que hay mucha producción de cine en Latinoamérica, lo que es difícil es su exhibición. Por eso, no nos importan las películas que se estrenan comercialmente. Esto de rescatar lo que a uno le gusta más allá de los mandatos de la industria siempre tiene algo de agitador político”. El staff se completa con un trío de féminas voluntaristas –Laura Spinelli, Alicia Borelli, Nora Soruco– y el nombre, según Hoffman, reemplaza la palabra fotograma por latido. “Sabemos que hacen falta 24 fotogramas por segundo para que funcione el mecanismo de proyección... nosotros decidimos trocar la palabra para evidenciar nuestra pasión por esta arte.”
Además de la mirada latinoamericanista y atemporal que comulga con la línea editorial del medio, 24 Latidos propone una simbiosis generacional más cercana a la tolerancia que a las demandas de la elite. “La idea concreta es hacer un programa que cruce la mirada de dos generaciones, sin que esto signifique una síntesis sino un encuentro generacional. Hay distintas miradas sobre gustos y épocas, pero también puntos de encuentro en los que nos interesa pararnos”, determina Hoffman. Su compañero, que trabajó once años como crítico especializado en diversos medios de Venezuela, toma otra vez la palabra y justifica por qué el foco no está puesto en los benditos estrenos. “Como la radio se escucha en muchos lugares donde no hay cine, preferimos esquivar cuestiones de actualidad y recomendar pelis que se pueden mirar por TV... Algo que engancha mucho es que a la gente le encanta opinar cuál es su película preferida y por qué.”
–Dicen que el programa está guionado como una película. ¿Aparece la improvisación que permite el hecho de comunicar con la palabra hablada?
Omar Mouzakis: –Todo el tiempo. Es cierto que vos pensás un programa y lo estructurás, pero en general hay elementos mágicos que hacen que las cosas se encadenen solas, sin que uno lo piense. En este sentido, la radio tiene algo más parecido al teatro que al cine; si bien hay pautas, también hay una gran dosis de improvisación que surge espontáneamente. Siempre digo que la radio se parece más al jazz que al tango, porque tiene una improvisación que te va llevando. Genera esa magia que no se corresponde con el pentagrama puro que manda sobre la regla.
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