Viernes, 18 de septiembre de 2009 | Hoy
DANZA › PRIMER FESTIVAL NACIONAL DE DANZA ESPAÑOLA
El objetivo del encuentro, que comienza hoy en el Centro Cultural Borges, es promover la conservación del patrimonio nacional de danza española en sus cuatro estilos: flamenco, folklore, la escuela bolera y la danza estilizada. Habrá galas, conferencias y clases magistrales.
Por Alina Mazzaferro
La danza también viste a la moda y, como sucede en tantas otras disciplinas, hay géneros que por momentos hacen furor, luego parecen salir de escena, para más tarde reaparecer con fuerza. Este puede ser el caso de la danza española: generaciones de bailarinas argentinas se formaron en escuelas donde el clásico y el español eran de aprendizaje obligatorio y las puntas tenían tanto éxito como las castañuelas. En las últimas décadas, las academias sumaron a la lista la danza jazz y contemporánea, y muchas de ellas también el tango y el árabe –otra nueva moda–. Poco a poco, al menos en la ciudad porteña, la danza española perdió terreno, replegándose en pequeños institutos dedicados únicamente a ella, olvidada por los bailarines clásicos que ahora complementan su formación con otros estilos y ritmos.
Claro que el flamenco tuvo su resurgimiento hace ya varios años y ha nucleado alrededor de él a toda una camada de jóvenes artistas locales. Pero el flamenco es sólo una de las cuatro escuelas que conforman la danza española. Por eso, luego de la primera Bienal Flamenca que a principios de año organizó el gobierno de la ciudad, el país tendrá su Primer Festival Nacional de Danza Española, que reunirá a artistas y escuelas de danza de toda la Argentina, con el objetivo de promover la conservación del patrimonio nacional de danza española en sus cuatro estilos: flamenco, folklor, la escuela bolera y la danza estilizada. Desde hoy hasta el domingo, el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín) será la sede de este evento que contará con galas de prestigiosas figuras, muestras de escuelas de todo el país y encuentros de jóvenes coreógrafos con propuestas innovadoras, donde el español se fusiona con el contemporáneo o el jazz. Entre las actividades del festival, se destaca especialmente una invitada: la española Mariló Uget, discípula de la famosísima Mariemma y jefa del Departamento de Danza Española del Real Conservatorio de Danza de Madrid, que con el auspicio de la Embajada de España ha venido a dictar una conferencia y clases magistrales de danza estilizada, tal como la aprendió de su gran maestra.
La responsable de la organización de semejante evento es Sibila Miatello, conocida en el mundo artístico simplemente como Sibila. Oriunda de Villa Mercedes, San Luis, ella se formó con Mariló Uget cuando obtuvo una beca en 1991 para ir a estudiar a España. Allí ingresó al Conservatorio de Danza de Madrid, donde terminó en dos años una carrera que normalmente dura cinco. El mismo empuje y empeño puso a su regreso a Buenos Aires: fue primera figura del Ballet del Teatro Avenida (mantenido por un grupo de “amigos del teatro”, entre 1994 y 1995 éste creó cuerpos estables para preparar espectáculos propios de música y danza española, que fueron disueltos tras la privatización de la sala). Abrió su propia academia en 1998, para traer a la Argentina los modos de enseñanza que en España había instalado Mariemma. En su instituto funcionó durante ocho años la Escuela Oficial de Danza Española, con un plan de estudios aprobado por la secretaría del gobierno de la ciudad. “Por los vaivenes económicos de nuestro país ya no contamos con la supervisión oficial –explica ella–, pero la escuela continúa por iniciativa privada, con una formación amplia de las cuatro escuelas de la danza española.” Además, Sibila ha fundado el ballet Al-Andalus, con bailarines formados por ella, y cada quince días viaja con un grupo de docentes para dictar seminarios en una docena de provincias, con el afán de seguir conquistando adeptos y expandiendo el género por todo el país.
“Hace muchos años que doy clases en el interior y encuentro que hay una movida muy grande de danza española que no se muestra, está oculta, metida en las academias y en algunos teatros aislados”, dice ella. “Tenía la necesidad de crear un espacio de encuentro, en un lugar físico común y en un lapso de tiempo acotado para reunir a bailarines, coreógrafos y estudiantes de la capital y del interior con algunas personalidades de España que nos pudieran traer información para ayudar a sembrar el interés por la investigación, para conservar, promover y fomentar nuestro patrimonio de danza española.” Si bien Sibila reconoce que la danza española parecía haber pasado de moda, ella encuentra que esa tradición no se ha perdido porque, de hecho, este evento reunirá a más de doscientos bailarines de todo el país.
Volver a poner a este género en boga significa educar al bailarín y al espectador en las cuatro escuelas de la danza española: “En primer lugar, están las danzas regionales, porque cada provincia en España tiene su personalidad, su forma de bailar la jota, las parrandas”, explica Sibila. “La escuela bolera reúne a todas las danzas de zapatilla (de media punta). Incluye trenzados, saltos, piruetas; toda la técnica de la danza clásica en las piernas y en el torso todos los quiebros, la gracia del español y el sonido de las castañuelas. A mediados del siglo XIX no había en Europa bailarinas de danza clásica que no hicieran además danza española; estaba de moda”, cuenta la experta. Luego, el flamenco, con la fuerza del zapateo, “que se expandió internacionalmente a partir del guitarrista Paco de Lucía”, comenta Sibila. “Y por último, la danza estilizada, que nace con Antonia Mercé, ‘la argentina’, una de las máximas exponentes de la danza española, nacida aquí pero que hizo su carrera en España. A principio del siglo XX, ella bailó la música de autores contemporáneos como Manuel de Falla o Enrique Granados, que compusieron obras clásicas utilizando el folklore español, el flamenco o la escuela bolera como inspiración. Mercé estilizó las formas de las otras tres escuelas, convirtiéndolas en danza de escenario.”
La herencia de “la argentina” la recogió Mariemma, que no sólo se destacó en la danza estilizada sino que también fue clave para el desarrollo de la pedagogía de la danza en la península: una vez a cargo del departamento de danza del Real Conservatorio de Madrid, Mariemma puso en funcionamiento el actual sistema de enseñanza a partir del cual se clasifica por primera vez a la danza española en cuatro categorías. Por eso, desde 2006 el Conservatorio madrileño lleva el nombre de Mariemma. Tras su muerte en 2008, el legado de la gran bailarina y pedagoga lo conservan quienes recibieron la enseñanza directamente de ella. Mariló Uget es la principal responsable de continuarlo y difundirlo, pues no sólo fue primera bailarina del Mariemma Ballet de España, sino que además fue la mano derecha de la directora. A su vez, Uget expandió sus conocimientos en la Argentina a través de su discípula Sibila.
Una de las dificultades de la conservación del patrimonio de la danza reside en que los conocimientos se transmiten personalmente, de maestro a alumno, y de esta forma se pierden a medida que mueren los implicados. Por eso la importancia de llevar adelante un festival de este tipo. No sólo para que los bailarines y estudiantes locales tomen contacto directo con Uget y todo el material fotográfico y de video que ella ha traído, sino porque el festival es en sí mismo un espacio tangible para la conservación de este patrimonio, un lugar donde los jóvenes pueden acercarse a la historia de la danza para luego mirar hacia el futuro. “Hay un resurgimiento del interés por lo español, hay mucha gente estudiando danza, cante jondo, guitarra. Se ha logrado en la Argentina un nivel y al mismo tiempo está todo por hacer”, opina Sibila. “No sabemos exactamente hacia dónde va esto, pero tenemos en claro lo que no queremos: que la danza española se apague, que se quede en el cliché de principios de siglo XX. Con este evento buscamos acelerar situaciones de cambio, incentivar a los jóvenes.” De hecho, muchos de ellos ya están bastante entusiasmados por este primer encuentro, teniendo en cuenta que una gran cantidad de bailarines y estudiantes del interior se acercará a Buenos Aires, haciéndose cargo de los costos de los pasajes y estadías. “Trabajamos a pulmón –asegura la organizadora–, no tuvimos apoyo económico oficial y sin embargo lo hicimos igual. Siempre tiene que haber alguien que sea el motor y siente las bases, y en este caso fui yo. Ojalá que el gobierno de la ciudad se haga cargo de este festival en el futuro.”
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