Desde Mar del Plata

Maximiliano Guerra y su Ballet del Mercosur vuelven con una pieza que busca atraer al público ocasional y también a los especialistas. Carmen se estrenará hoy a las 22.30 en el Teatro Roberto J. Payró (Boulevard Marítimo 2380). “Como siempre, apostamos fuerte, porque es una obra que para hacerse bien requiere mucho aprendizaje. Y eso es señal de que nuestra compañía crece: es la primera vez que dentro de lo clásico nos animamos a contar una historia”, destaca el bailarín.

En esta ocasión, la encargada de interpretar a la gitana será Patricia Baca Urquiza –la esposa de Guerra–; una experiencia que el hombre describe como “algo mágico, porque permite amar en el escenario y en la realidad a la misma mujer”. Y si se pone poético es porque el contexto lo ayuda: originalmente, Carmen fue una novela que Prosper Mérimée escribió en 1845, cuando el Romanticismo impregnaba Francia y el resto de Europa. Georges Bizet se basó en ese texto para su ópera mundialmente famosa y más tarde, en 1967, el compositor ruso Rodion Shchedrin hizo una adaptación para danza. “Es un relato muy sensual. Habla de nuestro deseo de hacer lo que tengamos ganas sin que nos importe el qué dirán”, cuenta el intérprete, que en esta oportunidad encarará al eternamente enamorado Don José. “Los que saben de ballet lo van a disfrutar, y los que no también. Lo lindo de esta arte es que uno puede sentarse a disfrutar como más le guste, sin tener que escuchar todo ese acelere de palabras en que se vive cotidianamente”, resalta.

En algunos tramos, la puesta plantea exigencias que lindan con las del teatro. En consecuencia, Guerra convocó a Manuel Callau para que lo asesorara en esos puntos. “El nos acompañó muy intensamente hasta el estreno que hicimos en Buenos Aires en noviembre”, recalca el entrevistado. “Y lo que nos quedó –redondea– es un espectáculo bello, en el que nos concentramos en los siete personajes principales para referirnos a la libertad, el amor y la fantasía.”

Desde la calle hasta el ingreso a la sala –ubicada en el primer piso– habrá distintas propuestas estéticas. Esculturas vivientes, músicos, bailarines, y muestras de pinturas y fotografías inspiradas en la carrera del célebre artista. Ya en las butacas y a modo de aperitivo, la función se iniciará con Tango Paradiso, un show de tango que recorrerá las distintas épocas del género. “No quisimos dejar afuera al tango porque Piazzolla era de acá y porque yo, que soy de Almagro, siempre tuve esa música muy pero muy cerca”, justifica.

–¿Amplió su público el hecho de trabajar de jurado en Talento argentino?

–La verdad, no lo sé. Lo que sí me parece es que si la gente que vio el programa confía en mi criterio estético, a lo mejor puede venir a vernos con mayor confianza. De todas maneras, tengo muy claro que hay un público que me sigue desde hace mucho tiempo, gente que aprecio y debo seguir cuidando.

Guerra no se cansa de destacar el crecimiento de su compañía. “Nosotros seguimos proponiendo, porque creemos que el Mercosur avanza en asuntos económicos y políticos, pero está retrasado en lo que respecta a la cultura”, critica. “El otro día, sin ir más lejos, escuchaba a algunos funcionarios que contribuyeron a formar lo que hoy es la Unión Europea. ¿Sabés qué decían? Que si volvieran a encarar la misma tarea comenzarían por la cultura. Yo coincido plenamente con ellos.”