Lun 20.06.2011
espectaculos

DANZA › RANDOM, EL NUEVO ESPECTáCULO DE CARLOS CASELLA

Una fábula sin palabras

Un juego de atracciones sexuales inmerso en un clima futurista de signos opuestos, algunos fríos y otros cálidos, domina la puesta del ex bailarín de El Descueve. La obra ofrece un lenguaje corporal contundente que coquetea con la ferocidad y el humor.

› Por Carolina Prieto

Bailarín, coreógrafo, cantante, actor, director. Carlos Casella se mueve en el arte con naturalidad, esfuma fronteras entre disciplinas y pone en escena mundos intensos y sensuales. Fundador junto a Ana Frenkel de la compañía El Descueve, que renovó la danza independiente local, este creador viene de girar por Francia con dos obras de Alfredo Arias y acaba de dar a conocer en el Centro Cultural de la Cooperación su última creación, Random, que el año pasado estrenó en el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino de La Plata, la sala experimental del máximo coliseo platense, más conocida como Tacec. Un trabajo de una factura impecable que combina aires futuristas, riqueza musical y el encuentro entre tres bailarinas sublimes y tres hombres casi anónimos que reciben los estímulos del sexo opuesto. Una fábula sin palabras, un lenguaje corporal contundente que coquetea con la ferocidad, el delirio, el erotismo y el humor.

Fue él mismo quien le pidió a Arias ser reemplazado en Tatuaje (donde encarnó al cantante español Miguel de Molina) y en Tres Tangos (la ópera de pequeño formato con música de Axel Krygier) para poder volver a su ciudad y retomar sus proyectos personales. “Hice sólo una parte de esa gran gira de casi seis peses porque estar tanto tiempo alejado me impedía organizar mis otros proyectos”, cuenta Casella a Páginað12. Entre ellos estaba la posibilidad de hacer Random en Buenos Aires, aprovechando la invitación del Centro Cultural de la Cooperación para presentar una obra coreográfica y así sacar a la luz un trabajo que en La Plata sólo tuvo cuatro únicas funciones. “Acá es prácticamente un estreno y la idea es hacer temporada los jueves de junio y julio a las 21. Pasar de ese espacio tan particular como el Tacec, que es como una gran pileta de hormigón, cemento y cables ubicada debajo de la sala central del Argentino, a una sala más tradicional, me dio bastante cagazo. Pero fue un proceso interesante: crear una obra para determinado lugar, absorber todo lo que ese ámbito te genera y luego llevarla a otro lado. El trabajo se impregna de toda esa información y queda filtrada en los cuerpos, en la música, el vestuario, las luces. Por eso, si bien la sala de la Cooperación es muy distinta al Tacec, el espíritu está”, sostiene.

–¿Cómo surgió la obra?

–El Tacec me dio mucha libertad. Lo único que me dijo Martín Bauer, su director, es que sea un proyecto coreográfico, porque si no yo me puedo volcar a algo más musical o teatral. Y retomé una idea que tenía hace tiempo, de hacer un espectáculo inspirado en las cuatro estaciones del año, en los contrastes entre esas cuatro energías. Pero al empezar a trabajar con el elenco y al empaparnos de lo que el espacio nos sugería, esa idea se fue transformando y llegamos a una especie de obra de género hombre-mujer con dos fuerzas muy opuestas. La belleza femenina y una presencia masculina fuerte y anónima, casi como un sostén de esas tres mujeres.

El director convocó a un elenco de lujo en el que confluyen muchos de los mejores intérpretes de la danza porteña: Margarita Molfino, Leticia Mazur y Noelia Leonzio; Pablo Lugones, Mariano Kodner y Diego Stanga. “Noelia maneja una energía explosiva, dominante; Margarita es muy felina y Leticia tiene una impronta delirante”, asegura sobre sus chicas, que apenas cubiertas por unas mallas de tul transparente intentan distintas maneras de comunicarse con los varones, totalmente envueltos en mamelucos negros cual guerreros ninjas. Para el creador de montajes como Montecarlo y Guarania mía, el movimiento siempre tiene una carga interpretativa: “El movimiento en sí habla y comunica pero no es lo único, está acompañado de lo que los intérpretes comprenden y transmiten acerca de sus personajes. Por eso, cuando tengo la posibilidad de elegir a los intérpretes, no me preocupo por el tipo de movimiento porque ellos se van a ocupar de entregar un lenguaje interesante con el que yo voy a poder crear escenas y abocarme más a la puesta, a la imagen global del espectáculo”. Las ideas de contraste, de coexistencia de opuestos, de sorpresa y de azar planean a lo largo de toda la obra y, en cierto modo, están contenidas en su título. “Me interesó pensar que los significados pueden variar y que si las cosas son de tal manera es porque contienen de algún modo su opuesto. La primavera, en vez de ser no sólo la estación en la que todo florece, puede contener también un signo distinto porque conduce al verano, que es un horno, un infierno en el que todo se quema. Y el invierno puede pensarse como una estación de promesa y de futura vitalidad. Por otro lado, el Tacec me generó una sensación de futurismo retro a lo Blade Runner, una estética futurista pero de los ’60. Y ‘random’ es una palabra que le queda bastante cerca a todo esto.” Y hay más paradojas: la belleza de las mujeres en contraste con la rusticidad de espacio, la riqueza de la música de Alejandro Terán hecha de una variedad de instrumentos de madera, cuerdas y vientos en contraposición a ese ámbito desangelado, y también los contrastes de la escenografía misma, que combina una impresionante columna lumínica a la izquierda del escenario y una suerte de living coqueto a la derecha.

Casella también está puliendo Eclipse, el dúo que estrenará con Gustavo Lesgart, otro de los popes de la danza contemporánea, en julio próximo en el Centro Cultural Ricardo Rojas. El año pasado, la dupla mostró un work in progress en el Festival de Danza Contemporánea de la ciudad y conmovió al público que colmó la sala Villa Villa. Es que ellos se conocen hace más de veinte años y esbozaron un trabajo sutil y emotivo de puro movimiento. “Nos resultaba interesante ver qué podíamos hacer en este momento de nuestras vidas. Teníamos muchas ideas y al final nos quedamos con algo sintético, muy mínimo, que tiene que ver con el contacto, con la marca de una piel sobre la otra. Es un trabajo simple pero que llega a una buena profundidad.” En realidad éste es un año de profundizaciones para Casella, de relecturas de trabajos recientes. “Está bueno. Es una manera de darles más cauce a las cosas que uno hace”, apunta. En esta misma línea se suma el disco que presentará en septiembre, en el que canta los temas de Babooshka!!, nombre con el que bautizó a los shows basados en un repertorio de temas interpretados por mujeres. Versiona canciones de Björk, Mina, Omara Portuondo, Britney Spears y Rocío Durcal, entre otras intérpretes. Y como si fuera poco, en primavera comenzará a filmar una película, la ópera prima de Natalia Meta con un personaje hecho a su medida. “Voy a ser un cantante-bailarín que hace su show, sospechado de un crimen. Increíble: un personaje que hace muchas de las cosas que yo hago en mi vida.”

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